Por la Psic. Rocío Legorreta Nogueda

Una palabra que genera miedo nada más con pronunciarla es “cáncer”. El temor que induce por tratarse de algo desconocido, incontrolable y capaz de deshacer la vida es tal, que huimos de todo lo que nos lo pueda recordar.

La experiencia propia o de alguien cercano suele traernos imágenes de sufrimiento, de dolor y de muerte, de tratamientos agresivos, de soledad, desamparo e impotencia. La caída del pelo, los vómitos, las radiaciones, las secuelas de operaciones, todos los efectos secundarios parecen un alto precio a pagar para un resultado incierto.

A través de mi experiencia en el trabajo y el contacto directo con pacientes con cáncer, he observado una necesidad imperante de fortalecer su convicción de luchar por adaptarse, de vivir cada día de su enfermedad de la mejor manera posible y puedan ser capaces de enfrentar así, los retos que podrían presentárseles; asimismo es importante reconocer, la necesidad de utilizar la psicoterapia a través de un enfoque logoterapéutico para asistir al paciente oncológico, tomando en cuenta que otras escuelas y enfoques psicológicos apoyarían también la evolución del paciente.

La Logoterapia busca elevar el espíritu mediante la ubicación del paciente en su realidad, haciéndolo consciente de su problema y orientándolo con ello hacia una aceptación, que lo hará sentirse capaz de reconocer dicho problema y de proponerse a sí mismo alternativas con las que logrará darle a su existencia un nuevo motivo para vivir, evitando así experimentar un vacío existencial.

La relación paciente-terapeuta debe estar enmarcada en la noción de encuentro, que supone algunas diferencias con relación a otras terapias; una de ellas, por ejemplo, es no pasar por un análisis racional o saltar por sobre los hechos con interpretaciones (estas vendrán en un segundo momento), sino poder detenerse en un tema en el que se advierte posibilidad de sentido, colocándose junto al paciente y reflexionando con él; “ponerse en sus zapatos”, tratando de entender la posición que ha tomado frente a lo que le pasa; captando sus pensamientos, sentimientos, emociones, impulsos, etc.; experimentando el peso existencial de la situación, actitud fenomenológica fundamental que pone en movimiento a la persona del paciente y a la persona del terapeuta.

De esta forma, encuentro y sentido de vida se hacen uno; es el comienzo de la revalorización de la vida, ser protagonista de la propia existencia, aún en situaciones límites como el sufrimiento, el dolor y la muerte.

Y termino esto como dijo Viktor Frankl: “no soy yo quien le pregunta a la vida, es la vida quien me cuestiona a mí, y yo elijo cómo responder”.



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.



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