Del ínclito...

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Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz

Don Benito Pablo Juárez García, de quien el sábado 21 de marzo celebramos el bicentésimo tercer aniversario de su nacimiento, concomitantemente a la celebración del inicio de la primavera.

Recordemos que dentro de la historia nacional se han dado acciones y eventos que han ido forjando nuestra nacionalidad y nuestro sentido de pertenencia a esta gran nación que es México y estas acciones han sido realizadas por nuestro pueblo y encabezadas por ínclitos personajes de nuestra vida pública con riesgo, siempre, de la pérdida de sus más caros haberes, de sus propiedades, de sus derechos, de sus familiares y seres queridos, de la libertad e, incluso, de la propia vida.

Uno de estos próceres de nuestra patria lo fue, lo es y sin duda alguna lo seguirá siendo el Sr. Lic. Don Benito Pablo Juárez García, indígena zapoteca, Presidente de México en varias ocasiones (1858-1872). Es bien sabido que se le conoce como el "Benemérito de las Américas", designación hecha por los Congresos de 2 naciones hermanas latinoamericanas y es célebre por su frase "Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, pero hay más de fondo en sus frases lapidarias.

A Benito Juárez le tocó vivir una de las épocas más importantes de México, considerada por muchos historiadores como la consolidación de la nación como República.

Juárez marcó un parteaguas en la historia nacional, siendo protagonista de primer nivel de esta época. Hemos sostenido sin temor a equivocarnos que la historia de México es la historia de sus Constituciones, sin embargo no soslayamos que su biografía durante los años que ocupó la presidencia es casi en su totalidad también la historia de México.

Mucho se ha abundado en algunos aspectos de su biografía, cuya fuente la encontramos en sus “Apuntes para mis hijos” (obra de gran sinceridad y valor para su descendencia y para nuestro pueblo), y la cuestión anecdótica y siempre impresionante por el hecho de haber remontado prejuicios raciales, socio-económicos y culturales, entre otros; pero a nivel masivo, poco se ha dicho y mucho menos abundado en su ideario político, plasmado también en su propuesta y creación legislativa que vino a darle sentido, rumbo y orientación a la nueva patria mexicana que no podía consolidarse desde la consumación de su independencia.

Juárez tuvo que luchar contra la tozudez, la intransigencia, la necedad y, sobre todo, contra la rabiosa embestida de los grupos mas reaccionarios y retrógrados de su época, encabezados por el clero político, ese clero que tanto daño le ha causado a nuestro país al inducir a nuestro pueblo a la lucha fratricida y al fanatismo, aprovechando la buena fe y religiosidad de los buenos católicos y, sobre todo, en su permanente deseo de seguir conservando los privilegios de los que gozó durante los 300 años que duró el virreinato en nuestro país. Y que por cierto ahora vuelve a la carga al amparo de gobiernos reaccionarios, herederos de los conservadores de antaño con el partido ahora en el poder apoyado por grupos como Muro, Yunque y demás engendros e inmiscuyéndose en asuntos de todo tipo, como si fueran todólogos, especialmente en política, a pesar que les está vedado por razones históricas y jurídicas de sobra conocidas. Fuerzas retardatarias que han estado insistiendo neurótica y compulsivamente pretendiendo inútilmente quitarle el mérito enorme, gigante a nuestro gran patricio, de haber consolidado la república y haberle dado rumbo y destino y que acciones mezquinas como el quitar su retrato de la casa presidencial, no son sino rasguños insignificantes ante la egregia y monumental figura esculpida en bronce por la historia, de nuestro auténtico prócer. Por eso queremos hacer un reconocimiento a tan egregio patricio, haciendo hincapié en el ideario político del prócer que se puede resumir en sus frases para mí, lapidarias y al azar escojo pues el espacio no nos permite más, decía Don Benito Pablo Juárez García: "Como hijo del pueblo nunca podría olvidar que mi único fin debe ser siempre su mayor prosperidad". “Libre y para mí sagrado es el derecho de pensar… La educación es fundamental para la felicidad social; es el principio en que descansan la libertad y el engrandecimiento de los pueblos”, “Los hombres no son nada, los principios lo son todo”.

Lo más valioso de todo ello, es que Juárez predicó con el ejemplo esta ideología, sin demagogia, sin falsedades, sin aprovecharse de las oportunidades del poder para medrar, en lo personal, con ello. Por eso hay que recordarlo por siempre. O usted, patriota lector, ¿Qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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