Por Carlos A. González Herrera
Nadie contesta mis plegarias
y aunque intento y mis pulmones gritan alto, Nadie escucha.
Nadie ve mi cansancio
y aunque ruego y suplico, Nadie se atreve a levantarme,
Nadie se apiada de mi llanto, aún cuando han sido lágrimas eternas,
Nadie se atreve a secarlo.
Todos avanzan, continúan y siguen corriendo,
Algunos solo observan, otros gritan y se burlan.
Todos se olvidan y abandonan a este pobre ciego…
…Nadie es diferente, Nadie se queda.
Nadie recuerda.
Nadie se apiada y abraza mis heridas…
…y yo soy feliz, feliz de que tú seas “Nadie”.
y aunque intento y mis pulmones gritan alto, Nadie escucha.
Nadie ve mi cansancio
y aunque ruego y suplico, Nadie se atreve a levantarme,
Nadie se apiada de mi llanto, aún cuando han sido lágrimas eternas,
Nadie se atreve a secarlo.
Todos avanzan, continúan y siguen corriendo,
Algunos solo observan, otros gritan y se burlan.
Todos se olvidan y abandonan a este pobre ciego…
…Nadie es diferente, Nadie se queda.
Nadie recuerda.
Nadie se apiada y abraza mis heridas…
…y yo soy feliz, feliz de que tú seas “Nadie”.
2 Comentarios:
Esperemos que la tercera sea la vencida...jajaja
Repito entonces, me parecio maravillosa su poesía, tiene encanto, magia, dulzura, y deja entrever entre líneas un mensaje bellisimo directo al corazon.
Felicitaciones Carlos.
Me encanto
Zaidena
Gracias por los buenos comentarios, dicho lo último quisiera preguntarle, zaidena, ¿a que se refiere con que la tercera es la vencida?
De ante mano gracias.
Carlos
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