De la pena...

Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz

Son varias las connotaciones que se dan al término pena, que van desde cualquier castigo, sentimiento de tristeza producido por algo desagradable, dolor, padecimiento físico, dificultad, trabajo o lástima y en el caso que nos ocupa me refiero a esta última. Pudiéramos decir que da pena ajena, si no fuera porque de alguna manera nos involucra a todos los que queremos entrañablemente y por cuya razón vivimos aquí en este maravilloso sitio (Acapulco).

Es de dar pena la reacción que se tiene como consecuencia de la llamada influenza humana con todas sus terribles consecuencias en el ámbito económico, laboral, fiscal, y en especial turístico. No es necesario repetir que la actividad turística es primordial y vital para el Estado de Guerrero, para cuyo efecto se tienen los destinos de Acapulco, Ixtapa-Zihuatanejo y Taxco y toda vez que el principal destino es Acapulco, nos atañe a todos lo que suceda positivo o negativo dentro del sector turismo a nuestro puerto.

Y decimos pena porque el martes pasado (19 de mayo) llegó a este puerto el titular de la Secretaría de Turismo quien se reunió con el gobernador del Estado, los presidentes Municipales de los destinos turísticos mencionados y alrededor de 200 representantes de la industria turística de Acapulco en donde durante casi 3 horas se trataron los asuntos correspondientes a este ramo y da pena enterarnos que a 8 columnas se nos dice que: “Discriminan a Acapulco” y ello porque el titular de la SECTUR dijo venir a ayudar, pero en realidad solo planteó estrategias sin especificar ni el monto ni la forma en que el Gobierno Federal va a ayudar a nuestros destinos turísticos, y peor aún, manifestó que no nos fue tan mal porque tenemos a 3 horas de distancia el mayor centro emisor de turismo nacional que es el Valle de México y que en cambio en Cancún y la Riviera Maya, dejó de percibirse sensiblemente el arribo de turistas extranjeros quienes dejan el 40% del ingreso de divisas a nuestro país.

En tal virtud la ayuda federal, que consistirá en más de 1,200 millones de pesos, se va a repartir, como trajes a la medida, a diferentes destinos turísticos de nuestro país sin decir cuánto estará destinado para nuestra entidad y, dentro de ella, para nuestra ciudad y puerto albergados por la bellísima bahía de Acapulco.

Los prestadores de servicios turísticos sintieron que se daba un trato discriminatorio a Acapulco, sobre todo al reafirmarse que el valle de México representa un buen mercado económico, y que por eso somos afortunados.

Quizá el secretario del ramo no sepa que las autoridades encargadas de vigilar, promover, cuidar y traer turismo a Acapulco, al inicio de las medidas preventivas tomadas en contra del contagio de la influenza, declararon públicamente: “Turistas del Estado de México y Distrito Federal, no vengan”. Craso error. Declaraciones impensadas, fuera de toda lógica y concierto. Cuando se supo de esto inmediatamente se pensó en la pena que iba a dar cuando pasada la euforia se dieran cuenta de la “calabaza” turística que habían fabricado y en efecto, dichas autoridades ya empezaron a realizar acciones tendentes a reinvitar a ese mercado, el cual ni los tomó en cuenta pues, afortunadamente, no dejaron de venir.

Ya reconocieron, como debió haberles sido obvio, que el turismo de los centromexicanos es vital para nuestro puerto y así se habla de programas muy agresivos para invitarlos a que vengan a disfrutar de nuestras maravillas naturales.

Da pena pues, recordar la barbarie de los paisanos locales cuando recibieron a pedradas a automóviles y autobuses procedentes del valle de México, al grito de: “¡Váyanse chilangos!”. Esto si fue la cerecita del pastel de la pena que nos da este tipo de reacciones. Aquí si, lamentablemente, se vio la unión de gobernantes y gobernados en la misma estulta reacción.

Así como también da pena ver como la gente ha bajado la guardia ante las medidas preventivas de contagio.

Es lamentable tener que pasar por estas penas y para colmo todavía una pena mayor dada por el titular del Ejecutivo Federal cuando proclama a los 4 vientos ser el salvador de la humanidad. Me doy.

Las tareas a emprender son arduas. Gobierno y sociedad civil organizada debemos colaborar juntos para superar los problemas que actualmente enfrentamos. Se trata de priorizar las acciones como el tener calles limpias, la bahía de Acapulco sin contaminar, con mejores servicios y seguridad pública, como apuntó el gobernador, y que los prestadores de servicios turísticos también den y aporten soluciones y no solo pidan para equilibrar pérdidas. El esfuerzo Acapulco se lo merece, o usted, apenado lector, ¿qué opina?