De la miseria...

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Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz

La pobreza es un estado lamentable de pobre y ser pobre es, en términos generales, aquella persona que no tiene lo necesario para vivir, o que lo tiene con mucha escasez y en sentido figurado significa: infeliz, digno de compasión. Pero además de la pobreza, existe una condición mas extrema que es la miseria, haciendo del que la padece, un miserable, es decir, un ser muy pobre, con mas razón, digno de conmiseración.

Esto sea dicho en términos económicos, pero también existe esta connotación para ser extensiva a otras características de la condición humana, por ejemplo: la miseria intelectual, la miseria afectiva, la miseria emocional, que podemos sintetizar en la miseria espiritual, ya que ellas nos llevan a la carencia de pensamientos, sentimientos y emociones que no son susceptibles de ser medidas desde el punto de vista estrictamente económico, físico o pragmático.

Einstein sostuvo que el tiempo no existe, sin embargo, a eso que llamamos tiempo, los seres humanos lo hemos dividido arbitrariamente y así hemos hecho los años, los meses, las semanas, los días, las horas, los minutos, etc. Y, en consecuencia, es obligado, por las circunstancias, que al final de cada período de tiempo llamado año, hagamos un resumen de los logros y los fracasos que tuvimos en ese lapso; que hagamos un balance de toda nuestra actividad, que reflexionemos, pues, en los adelantos y retrocesos que hayamos tenido con el propósito de mejorar las metas o los caminos, y así, optimiza en detrimento de unos y en aprovechamiento de otros.

Lo curioso es que las más de las veces estos propósitos se concretan a lo material: a tener mas dinero, a aprovechar mejor las oportunidades que se presentan o a crearlas, en su caso, a acrecentar las propiedades materiales, a vencer a los oponentes o a quitarles a quienes se dejen lo que tienen para aumentar las posesiones propias, a desprestigiar, sin ningún elemento probatorio, la fama pública de los oponentes, a prometer cosas que no van a cumplirse jamás, a mentir, a esparcir rumores falaces, a intimidar para conseguir la realización de propósitos abyectos o ruines, en fin, a realizar una gama infinita de conductas negativas, reprobables y destructivas.

Pero también el momento es propicio para hacer y tener las mejores intenciones de cambio, de mejorar actitudes, y son clásicos los propósitos de dejar de fumar o de beber; de hacer ejercicio; de bajar de peso; de ya no golpear a su pareja, ni a sus hijos; de cumplir con sus responsabilidades familiares y de cumplir con las exigencias de su trabajo y llevarse mejor con los compañeros; de ser mejor vecino y, por supuesto, de ser mejor ciudadano, entre otros.

Lamentable y tristemente esos no son más que sueños guajiros, cuya realización fáctica está muy lejos, lejísimos de llevarse al cabo.

Ahora bien. ¿Qué se puede hacer? Nadie tiene una varita mágica para cambiar a ningún ser humano de inmediato, de la noche a la mañana, si este no quiere. Pero si es su voluntad el cambiar y el realizar objetivos viables, que no sirvan a intereses mezquinos, entonces sí es posible y viable cambiar no solo a uno mismo, sino a todas las personas en nuestro entorno.

Hay, en este momento, muchas posturas que coinciden en sus elementos básicos, fundamentales, como la Ley de la Atracción, el curso de Milagros, las tesis religiosas de las diferentes iglesias las cuales versan sobre la actitud, es decir, dependiendo de la actitud que tomemos en relación con nuestros semejantes, en calidad de hermandad universal, dependen los resultados. Si actuamos con agresividad y ventaja en contra de los demás, esa respuesta vamos a recibir; a contrario sensu, si eliminamos el temor (que es el origen de la agresividad), entonces es factible que demos seguridad y confianza, actuando con amor, prodigando amor y, en su caso, otorgando perdón a quienes nos ofenden o maltratan. Cuesta mucho trabajo, pero es posible lograrlo.

De esta guisa es sorprendente ver cómo la gente modifica su actitud, al ver un gesto amable y amoroso de nuestra parte, de inmediato refleja la misma actitud y eso hace renacer la esperanza en el género humano. Suena a irrealizable, pero en la vida real funciona de maravilla, solo es cuestión de intentarlo, practicarlo y ver los resultados.

Por ello, dentro de la arbitrariedad de la división del tiempo, aprovecho para desearles, de todo corazón, para el próximo año, que los días les sean fastos y los dioses les sean propicios, De todo corazón. O usted, positivo lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.



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