Por el Mtro. José Cedano Galera


En días pasados el Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, se decidió a cambiar al titular de la Secretaria de Turismo, por lo que Rodolfo Elizondo finalmente dejó de ser el titular del turismo mexicano. Aquí en Acapulco no se le quería por la gris labor que desarrolló en favor de esta ciudad y puerto. Sus preferencias siempre se dirigieron al caribe mexicano o a la región del pacifico noroeste, creando nuevos desarrollos integralmente planeados, en Escuinapa, Sinaloa y fortaleciendo a Litibu en la riviera nayarita, dejando rezagado al destino que ha sido la marca turística más importante que ha tenido México.

Llega ahora Gloria Rebeca Guevara Manzo, una empresaria conocedora del sector, exdirectora de Sabre Travel Network de México, licenciada por la Universidad Anahuac, con 2 maestrías: una en administración y otra en negocios, lo cual le da el respaldo necesario para tomar decisiones que beneficien a este sector que cada día es más importante y estratégico. Esta señora tiene ante sí una gran cantidad de retos que, si los sabe resolver, se le reconocerá en la industria sin chimeneas. Primero que nada, tiene que integrar un reglamento eficiente y congruente de la Ley General de Turismo, en base a éste se debe reestructurar a la Secretaria de Turismo para que sea eficiente, para que sea más dinámica e influyente en el crecimiento del sector, además de la promoción turística que es un aspecto fundamental para dar a conocer nuestras bellezas, atractivos y servicios turísticos, esperamos que con su experiencia en el desarrollo tecnológico, se utilicen las nuevas alternativas de difusión como lo son las redes sociales de Internet.

En lo que respecta al ámbito local, se han alzado voces de que el gobernador haga lo mismo con el secretario de fomento turístico, lo cual desde mi punto de vista no es lo más adecuado, ya que el periodo de gestión del gobierno del estado esta por finalizar. No tiene caso hacer un cambio, seria a destiempo y lo que se requiere es que se preparen los libros blancos de entrega-recepción y que el nuevo gobernador que llegue tenga la visión de profesionalizar esta dependencia, que es tan esencial para el desarrollo económico de nuestra entidad y, en especial, de Acapulco.

Sin embargo en donde urgen los cambios es en el Fideicomiso de Promoción Turística de Acapulco. No es posible el manejo discrecional y poco claro de los recursos públicos que se le entregan por parte del gobierno del estado, por ejemplo, lo que recientemente pasó cuando su director operativo, Jesús Radilla, declaró que se habían dado 20 mil dólares al director de una de las empresas que operan los grupos de spring breakers, Roberto Bianchi, para hacer promociones e incrementar el flujo de éstos a Acapulco, resultando que Roberto Bianchi, al enterarse, declaró que sólo le habían dado 7 mil dólares, las preguntas entonces fueron: ¿Dónde quedaron esos 13 mil dólares faltantes? ¿Quién los autorizó? ¿Quién los supervisa? ¿Quién les hace auditorias?

Este fideicomiso fue creado con la alta responsabilidad de posicionar la marca de nuestra ciudad, de incrementar los flujos de visitantes basándose en las herramientas de la mercadotecnia y de buscar tener presencia en los diferentes segmentos del mercado, lo cual no lo han logrado y… ¿Cómo lo van a lograr si no tienen de inicio un plan de mercadotecnia del destino? ¿Cómo se lograrán objetivos si no planean estratégicamente? Es una lastima que la promoción de Acapulco esté en manos de personas así, por eso los prestadores de servicios turísticos están desilusionados y, como pueden, hacen esfuerzos aislados para tratar de atraer clientes a sus negocios.

Por lo anterior, resulta importante que el próximo gobernador tenga como una prioridad al sector turístico, que se comprometa con los turisteros y los turistólogos, y le de un impulso como no se ha visto desde hace mucho tiempo, para que Acapulco recobre los antiguos laureles del turismo mexicano, las circunstancias se están dando, el presidente municipal Manuel Añorve ha trabajado de manera importante en la mejora de la ciudad, limpiándola, embelleciéndola, mejorando el producto turístico y rehabilitando el agua de la bahía, que es nuestro mayor tesoro, nuestra hermosa bahía y sus playas; tenemos también a un político acapulqueño, muy comprometido con la mejora de nuestra ciudad y de los asuntos que tienen que ver con el turismo, ahora como secretario de la comisión de turismo de la cámara de diputados, Fermín Alvarado, él se encargará de que Acapulco no sea olvidado ni ninguneado desde la federación, por lo que se abren nuevas e importantes perspectivas para nuestro Acapulco.

Así que debemos ser positivos y optimistas, además viene una de las épocas más importantes de afluencia turística: la semana santa, por lo que hay que prepararse, concientizarnos y atender con profesionalismo, calidad y calidez a los visitantes que nos harán el favor de preferirnos, dándoles la más cordial bienvenida.

2 Comentarios:

fernando reyes baños dijo...

Estimado Mtro. Cedano. Lo saludo cordialmente y comparto con usted mi opinión sobre su artículo:

1. Me parece que Acapulco sembró desde hace muchos años su presencia en el mundo. Me acuerdo que cuando estudiaba la primaria, que ya llueve por cierto, en un libro para aprender el idioma inglés venía un mapa de América y sobre México sólo se señalaban dos ciudadaes (¡Sólo dos!): Mexico city y Acapulco. El problema ahora son dos: por un lado, hay mucha competencia, tanto nacional como internacional, y ciertamente hay destinos que, entre las muchas cosas que tienen para ofrecer, gozan de una planificación que le da certeza al turismo de muchas cosas (y no sólo al turista sino también a los residentes); por otro lado (y creo que es lo más grave), me parece que por mucho tiempo nos dormimos en nuestros laureles y dejamos que otros se ocuparan de hacer su parte, además de que hemos sido implacables para demeritar esa presencia que tanto costo en el pasado hacer, ¿un ejemplo?, inevitable mencionarlo: ejecuciones, tiroteos y muertes espantosas en el puente que acaba de pasar, ¿qué hacer?, ¿tapar el sol con el dedo?.

2. Hace algunas semanas nos visitó mi hermano procedente de la Ciudad de México por un fin de semana. De la terminal de la Estrella de Oro, que está en la Avenida Cuauhtemoc, hasta la Colonia Electricistas, que está por Renacimiento, le cobraron $120 pesos (!), es decir, lo que le cobrarían a un residente de ida y vuelta de esa terminal a mi casa. Mi hermano nos lo comentó después y, desde luego, le dijimos que le habían visto la cara de turista. Y con cosas como esas es que uno se pregunta: ¿cómo pretendemos tener más turistas si cuando vienen los que ofrecen alguna clase de servicio les cobran las perlas de la virgen? Desgraciadamente, nuestro pueblo no tiene visión a largo plazo. El taxista, el mesero, el recepcionista, el restaurantero, etc., no dicen: "voy a cobrar lo justo para que de esa manera este mismo turista que estoy atendiendo ahora, regrese en el próximo puente, en las próximas vacaciones o el próximo año", no, lo que dicen es esto: "les voy a sacar lo que pueda ahora, para que pueda comprar lo que necesite hoy o mañana", pero este "mañana" al que se refieren es, literalmente, el día que sigue a este mismo día y contadas veces significa algo vaya más allá. Es triste, pero "así semos", acostumbrados a sacar para lo que necesitemos hoy, dejamos pasar de largo lo que necesitaremos para los próximos años, inclusive olvidamos que en los próximos años seguiremos teniendo necesidades; el problema es que el turista, con una oferta más diversa ahora que antes, puede elegir con qué quedarse, ¿y qué elegirá: un destino donde le cobran el doble por una simple dejada o un destino planificado, regulado, que le proporcione algo más que sólo playa y disco?...

fernando reyes baños dijo...

...3. ¿Qué le ofrecemos al turista que nos sitúe al mismo nivel de competitividad que otros destinos? Calles y avenidas en malas condiciones, intersecciones mal planeadas y a medio completar, playas sucias, sólo unas pocas opciones de diversión (el turista casi casi viene a Acapulco sólo a comer), mala atención (desde las señoritas que atienden en las casetas para pasar por el maxitunel que ni el saludo dan hasta la ruleta rusa en que se ha convertido nuestras calles), yo me pregunto, ¿qué, qué les estamos ofreciendo?

En lo personal, no creo que más promoción sea la solución. Por supuesto que ayuda, pero si lo que se ofrece no va a la par de lo que se da, la decepción y el desencanto pueden ser todavía peor publicidad que la que no se hace. Me parece que Acapulco necesita un cambio estructural, no parches, no sólo pipas. ¿Dónde empezar? Un buen inicio sería el transporte público, seguido de darle a la parte turística lo que debe dársele para que funcione mejor, así como al pueblo, a quienes radicamos aquí, lo que nos corresponde de manera digna: drenaje funcional, agua todos los días y en todas las colonias (y no sólo para la parte turística), un sistema educativo que trabaje (que no sólo esté listo para ir por su cheque o hacer plantones para exigir más), la certeza de poder salir a la calle sin toparse con un decapitado, con un asaltante, con un indigente, etc. ¿O cómo ve?

Nuevamente, lo saludo y le agradezco habernos aportado este interesantísimo artículo.

Psic. Fdo. Reyes B.



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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