Por María Ascensión Rivera Serván
Tímida, mi pluma se asoma
buscando tu figura
y rasgando el papel
poco a poco te dibuja
de la cabeza a los pies.
Dedos grandes y unidos
que sienten cosquillas
y te hacen reír como a un niño.
Piernas suaves
largas pantorrillas
entre ellas yo me pierdo como nave
a la deriva.
Y cuando me agarro a tu cintura
suavemente me empujas
y me dominas
y me estremeces
cuando me giras.
Silenciosamente me arrastro
hasta tu pecho
y me acuesto en él
mullido lecho
donde se duerme un dulce sueño
y se hunde mi timidez.
Tu boca se ofrece
como el más exquisito manjar
habla y se mece
en la sonrisa
y en ella se extienden
pícaros los dientes
cuando te da la risa.
Tus ojos se iluminan
al mirarme
y llenos de luces brillantes
aún son más grandes
El cielo se prendió en ellos
y el azul infinito allí se quedo
sumergido en su profundidad
¡cuántos navíos se perdieron
en esa inmensidad!
Tus manos acarician
mis cabellos
y deslizándose entre ellos
van bajando
no importa dónde ni cuando
por el horizonte de mi cuerpo.
Silencio roto por el murmullo
de tus palabras y besos
por el éxtasis y la locura
de esta pasión y este amor
que ya no nos tortura
La noche se pierde
lentamente
la luna se evapora
y cuando la atraviesa el alba
aún me muero de ansias
¡cuando tú me amas!
buscando tu figura
y rasgando el papel
poco a poco te dibuja
de la cabeza a los pies.
Dedos grandes y unidos
que sienten cosquillas
y te hacen reír como a un niño.
Piernas suaves
largas pantorrillas
entre ellas yo me pierdo como nave
a la deriva.
Y cuando me agarro a tu cintura
suavemente me empujas
y me dominas
y me estremeces
cuando me giras.
Silenciosamente me arrastro
hasta tu pecho
y me acuesto en él
mullido lecho
donde se duerme un dulce sueño
y se hunde mi timidez.
Tu boca se ofrece
como el más exquisito manjar
habla y se mece
en la sonrisa
y en ella se extienden
pícaros los dientes
cuando te da la risa.
Tus ojos se iluminan
al mirarme
y llenos de luces brillantes
aún son más grandes
El cielo se prendió en ellos
y el azul infinito allí se quedo
sumergido en su profundidad
¡cuántos navíos se perdieron
en esa inmensidad!
Tus manos acarician
mis cabellos
y deslizándose entre ellos
van bajando
no importa dónde ni cuando
por el horizonte de mi cuerpo.
Silencio roto por el murmullo
de tus palabras y besos
por el éxtasis y la locura
de esta pasión y este amor
que ya no nos tortura
La noche se pierde
lentamente
la luna se evapora
y cuando la atraviesa el alba
aún me muero de ansias
¡cuando tú me amas!
2 Comentarios:
María Ascención,es una verdadera belleza narrativa poética lo que acabo de leer, has interrelacionado cada verso con su rima oral, y llevando una trama de amor, has llegado al perfecto final literario y sentimental.
Felicitaciones
cariños
zaidena
Mi querida Zaidena me emociona mucho tu comentario. Gracias y un abrazo inmenso.
Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.
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