Del celibato...

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Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz


Todos sabemos que ser célibe es ser soltero y celibato no es otra cosa que la soltería. Por otro lado entendemos a la castidad como continencia sexual por motivos morales o religiosos. Lo anterior viene a colación porque en los últimos tiempos se ha destapado una verdadera cloaca en relación con los sacerdotes católicos pederastas y pedófilos al hacerse públicos sus abusos sexuales cometidos en contra de niños y jóvenes que les son entregados para su educación y formación religiosa, en términos generales. Actualmente la iglesia se defiende aduciendo que se le está atacando y que se aprovechan con el fin de restarle su autoridad moral a esa institución religiosa, cosa que no es creíble toda vez que quienes la están desprestigiando son los propios sacerdotes con sus negativas conductas, alejadas del apostolado al que están obligados por sus propias normas.

Es cierto, también, que no todos los sacerdotes son pederastas o tienen estas prácticas, pero estos siniestros infractores de las leyes humanas y eclesiásticas, arrastran con su depravada conducta la fama de aquellos que sí se comportan dentro de su deber ser. Y cuando aducen que hay que denunciar a los malos elementos para que sean castigados conforme a Derecho, la verdad es que de las denuncias que se sabe han sido presentadas, no se sabe de progresos efectivos, cuenta habida de que las jerarquías de la propia iglesia las han minimizado o de plano no les hacen caso, exigiendo siempre pruebas que todos sabemos son muy difíciles de conseguir, sobre todo testimonios pues es sabido que las víctimas de estos delitos no se atreven a sacar a la luz pública los eventos de esta naturaleza que los marca no solo psicológica y emocionalmente, sino en su fama pública y pocos se atreven. Cuando de plano todo es muy evidente, solo se les cambia de adscripción y siguen ejerciendo su actividad como si nada hubiera pasado o como en el caso siniestro de Maciel, que no se le castigó como se debía, porque trajo muchos adeptos y apoyos económicos a la iglesia, según se dijo en los medios. Caso contrario en los EUA, en donde los condenaron al pago de cifras millonarias en dólares para resarcir los daños causados a sus víctimas.

Pero tenemos la convicción de que todas estas anomalías y desviaciones sexuales que ya se está sabiendo son desde hace años, se deben a la castidad y al celibato que se obligan a practicar los sacerdotes.

Hay sin embargo, varios mitos y realidades al respecto, por ejemplo, el mito de que todos los sacerdotes realizan un voto de celibato, cuando en verdad la mayoría de los sacerdotes no lo hacen, sino solo una promesa hecha ante un obispo. Pero lo que importa saber es que en el seno de esta religión se han dado concepciones contradictorias al respecto, puesto que formalmente se dice una cosa y en la praxis es lo contrario. Valen, como muestra, algunos ejemplos: Siglo I, Pedro, el primer Papa y los apóstoles escogidos por Jesús eran en su gran mayoría hombres casados. El nuevo Testamento sugiere que las mujeres presidan la comida eucarística en la iglesia primitiva; Siglos II y III, Edad del gnosticismo, la luz y el espíritu son buenos, la oscuridad y las cosas materiales son malas. Una persona no puede estar casada y ser perfecta. No obstante ello, la mayoría de los sacerdotes eran hombres casados; Siglo IV, hubo varios Concilios, el de Elvira en el año 306, que decretó que todo sacerdote que duerma con su esposa la noche antes de dar misa, perderá su trabajo; el de Nicea en 325, que decreta que una vez ordenados, los sacerdotes no pueden casarse; el de Laodicea, en 325 que las mujeres no pueden ser ordenadas, lo que sugiere que antes de esta fecha sí se ordenaban mujeres; en 385 el Papa Siricio abandona a su esposa para convertirse en Papa y se decreta que los sacerdotes ya no pueden dormir con sus esposas, en fin se fue quitando la costumbre del matrimonio pero esto no fue obstáculo para que once Papas de 366 a 966, fueran hijos de Papas o de sacerdotes y que seis Papas, después de 1139, de 1484 a 1585, tuvieran hijos ilegítimos. Todo ello no demuestra sino que la dotación del elemento reproductivo en los seres humanos, es totalmente natural y que tergiversarlo, produce los desequilibrios siniestros que se están ventilando, por los medios, a la opinión pública.

Por lo cual deberían concentrarse en el celibato y la castidad y permitir que los sacerdotes contraigan nupcias como una forma de que su labor sea realmente de apostolado, como predican que debe de ser. O usted, convencido lector, ¿qué opina?

2 Comentarios:

Anónimo dijo...

Ministro, opino EXACTAMENTE como usted, considero que el ser humano, humano es, con su esencia y necesidades, y ocultarlas a veces, lamentablemente es desviarlas. La Iglesia ya no pudo tapar mas los trastornos de conducta de muchos de sus representantes. Considero que para seguir con el curso natural de la naturaleza deben casarse, lo que realmente NO PUEDO O NO LOGRO ENTENDER es cómo las autoridades eclesiásticas, aún hoy, con todo lo que se sabe, siga queriendo tapar con un dedo el perfil de una montaña.
Lo felicito por su comentario
zaidena
zaidena@hotmail.com

fernando reyes baños dijo...

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