Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz
El próximo sábado es 15 de Mayo, siendo un día de muchas reminiscencias tanto locales como nacionales. Para efecto de los guerrerenses en ese día pero del año de 1849, el presidente de la república José Joaquín de Herrera expide el decreto de creación del estado de Guerrero, llamado así en honor de Vicente Guerrero Saldaña, héroe de la independencia y a instancias de Juan Álvarez, otro caudillo independentista.
Años después el mismo día 15 pero de 1867, el ejército republicano vence a las tropas de Maximiliano de Habsburgo y ocupa la ciudad de Querétaro, dando con ello fin a la intervención francesa y al intento malhadado de los traidores conservadores de entonces que soñaban con un imperio y un emperador de ultramar, a pesar del deseo del pueblo mexicano de constituirse en una república federal y teniendo ya un gobierno legítimamente constituido, encabezado por el ínclito personaje de nuestra historia, Don Benito Juárez García vencedor, una vez mas, de los traidores conservadores (apoyados también, como siempre, por el clero católico), en la llamada guerra de los tres años.
Pero ya en nuestros días esta fecha se usa para festejar a los maestros, a los profesores, a los héroes anónimos que se dedican a la actividad de la enseñanza, de la docencia, con una entrega total sin condiciones y con patriotismo en aras de preparar a las generaciones de niños y jóvenes de nuestro país, a pesar de las fatigas, incomprensiones, paupérrimos salarios y un sin fin de obstáculos que parecerían creados a propósito para hacerlos desistir de tan noble y egregia tarea, que siempre hemos comparado con una labor de apostolado, como deberían de ser la abogacía o el sacerdocio.
Empero no siempre se dan las cosas en la medida de lo apetecible o deseable. Siempre está el prietito en el arroz y esto es posible porque siempre existen personas que no se adaptan a las exigencias de las profesiones que adoptan para desenvolverse en la vida, por la falta de vocación, por la falta de preparación, por la falta de ética, por la falta de principios, por la falta de respeto a sí mismos y hacia los demás, por la falta de conciencia social y también, por la falta de patriotismo.
En todas las actividades y profesiones humanas siempre han existido, existen y existirán, lamentablemente, personas inadaptadas, abusivas, ventajistas, acomodaticias, oportunistas, carentes de integridad lo cual reflejan en el ejercicio de dichas actividades, pero resulta decepcionante y, lamentablemente, frustrante cuando ello se manifiesta en actividades que deben ser consideradas de apostolado (que hemos citado), como la abogacía, el sacerdocio y el magisterio.
En el caso de la abogacía es un hecho que abundan por doquier, sedicentes “abogados” que esquilman, defraudan o traicionan a sus clientes cuando deberían luchar, con la ley en la mano para defenderlos, a capa y espada, de las arbitrariedades e injusticias de que son víctimas, por ello la actual lucha que se está dando, a nivel nacional, de parte de la Federación Mexicana de Colegios de Abogados, A.C. por la colegiación y certificación de los profesionistas del derecho y así elevar el desempeño profesional de los mismos; por lo que hace al sacerdocio es triste y lamentable el papel que están protagonizando al descubrirse y mas que nada, hacerse públicas las aberraciones de su pederastia y pedofilia solapadas por sus superiores, que están causando un verdadero escándalo mundial; y por lo que atañe a los “maestros” que ya no dan las clases completas, que dejan de asistir a cumplir con sus obligaciones adquiridas al ser contratados para desempeñarse como docentes, que dejan de impartir sus clases con cientos de pretextos que incluyen otros tantos días feriados, que se abstienen de aceptar dar clases en el medio rural (que es donde más se necesita), ya que todos prefieren desempeñarse en el área urbana, que tiene sindicatos muy fuertes que les prohíjan estas conductas, que muchos de ellos están “comisionados” en actividades sindicales, sin tener trabajo frente a grupo, que en algunas escuelas normales aprovechan su matrícula para dedicarse a asaltar camiones, a tomar casetas de cobro en las autopistas y ellos mismos cobrar el peaje a los usuarios, a manifestarse en calles y avenidas de las poblaciones importantes con el pretexto de ser escuchados por las autoridades en su peticiones que no son viables o de plano absurdas.
En fin, que para celebrar a los verdaderos maestros, a los auténticos docentes, que por fortuna todavía los hay y muchos, les recordamos con amor y agradecimiento en su día. Es lo justo. O usted, consciente lector, ¿Qué opina?
El próximo sábado es 15 de Mayo, siendo un día de muchas reminiscencias tanto locales como nacionales. Para efecto de los guerrerenses en ese día pero del año de 1849, el presidente de la república José Joaquín de Herrera expide el decreto de creación del estado de Guerrero, llamado así en honor de Vicente Guerrero Saldaña, héroe de la independencia y a instancias de Juan Álvarez, otro caudillo independentista.
Años después el mismo día 15 pero de 1867, el ejército republicano vence a las tropas de Maximiliano de Habsburgo y ocupa la ciudad de Querétaro, dando con ello fin a la intervención francesa y al intento malhadado de los traidores conservadores de entonces que soñaban con un imperio y un emperador de ultramar, a pesar del deseo del pueblo mexicano de constituirse en una república federal y teniendo ya un gobierno legítimamente constituido, encabezado por el ínclito personaje de nuestra historia, Don Benito Juárez García vencedor, una vez mas, de los traidores conservadores (apoyados también, como siempre, por el clero católico), en la llamada guerra de los tres años.
Pero ya en nuestros días esta fecha se usa para festejar a los maestros, a los profesores, a los héroes anónimos que se dedican a la actividad de la enseñanza, de la docencia, con una entrega total sin condiciones y con patriotismo en aras de preparar a las generaciones de niños y jóvenes de nuestro país, a pesar de las fatigas, incomprensiones, paupérrimos salarios y un sin fin de obstáculos que parecerían creados a propósito para hacerlos desistir de tan noble y egregia tarea, que siempre hemos comparado con una labor de apostolado, como deberían de ser la abogacía o el sacerdocio.
Empero no siempre se dan las cosas en la medida de lo apetecible o deseable. Siempre está el prietito en el arroz y esto es posible porque siempre existen personas que no se adaptan a las exigencias de las profesiones que adoptan para desenvolverse en la vida, por la falta de vocación, por la falta de preparación, por la falta de ética, por la falta de principios, por la falta de respeto a sí mismos y hacia los demás, por la falta de conciencia social y también, por la falta de patriotismo.
En todas las actividades y profesiones humanas siempre han existido, existen y existirán, lamentablemente, personas inadaptadas, abusivas, ventajistas, acomodaticias, oportunistas, carentes de integridad lo cual reflejan en el ejercicio de dichas actividades, pero resulta decepcionante y, lamentablemente, frustrante cuando ello se manifiesta en actividades que deben ser consideradas de apostolado (que hemos citado), como la abogacía, el sacerdocio y el magisterio.
En el caso de la abogacía es un hecho que abundan por doquier, sedicentes “abogados” que esquilman, defraudan o traicionan a sus clientes cuando deberían luchar, con la ley en la mano para defenderlos, a capa y espada, de las arbitrariedades e injusticias de que son víctimas, por ello la actual lucha que se está dando, a nivel nacional, de parte de la Federación Mexicana de Colegios de Abogados, A.C. por la colegiación y certificación de los profesionistas del derecho y así elevar el desempeño profesional de los mismos; por lo que hace al sacerdocio es triste y lamentable el papel que están protagonizando al descubrirse y mas que nada, hacerse públicas las aberraciones de su pederastia y pedofilia solapadas por sus superiores, que están causando un verdadero escándalo mundial; y por lo que atañe a los “maestros” que ya no dan las clases completas, que dejan de asistir a cumplir con sus obligaciones adquiridas al ser contratados para desempeñarse como docentes, que dejan de impartir sus clases con cientos de pretextos que incluyen otros tantos días feriados, que se abstienen de aceptar dar clases en el medio rural (que es donde más se necesita), ya que todos prefieren desempeñarse en el área urbana, que tiene sindicatos muy fuertes que les prohíjan estas conductas, que muchos de ellos están “comisionados” en actividades sindicales, sin tener trabajo frente a grupo, que en algunas escuelas normales aprovechan su matrícula para dedicarse a asaltar camiones, a tomar casetas de cobro en las autopistas y ellos mismos cobrar el peaje a los usuarios, a manifestarse en calles y avenidas de las poblaciones importantes con el pretexto de ser escuchados por las autoridades en su peticiones que no son viables o de plano absurdas.
En fin, que para celebrar a los verdaderos maestros, a los auténticos docentes, que por fortuna todavía los hay y muchos, les recordamos con amor y agradecimiento en su día. Es lo justo. O usted, consciente lector, ¿Qué opina?
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