Libertad eterna

1


Por Guillermo Exequiel Tibaldo


Las telarañas que inundaban su corazón, de una manera tan profunda, lo obligaban a ceder a sus principios de voluntad, y a lo más especial de sus deseos.

Cada letra de aquel libro le impulsaban un odio espontáneo, y sacaban de su mente los peores momentos vividos. ¿Quién no hubiera deseado, en este caso, haber descubierto a tiempo aquella araña que con mucho cuidado encontró su lugar al costado de un corazón joven donde tejer sus redes?

Las imágenes lo atrofiaban aún más. Cada una de ellas estaba compuesta por una pasado obtuso e irregular, tal vez incluso hasta despreciable; conocía aquel el final, pero se resistía con miedo a seguir avanzando. Comprendía que no todos los hechos son dignos de recordar, incluso sabiendo que aún no han sucedido, y que uno puede estar equivocado.

El último capítulo humedeció sus ojos. Se estremeció en una triste melancolía, y cayó de rodillas sobre las piedras, agachando la cabeza.

Aquel libro, se había cerrado en el final, arrastrando con la última hoja el último suspiro del creador que le había dado vida.

1 Comentario:

Anónimo dijo...

Querido amigo, realmente cada día escribís mejor.
Es un placer leerte
Felicitaciones
zaidena



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.



Periplos en Red

Grab this Headline Animator

 
Ir Abajo Ir Arriba