Del Centenario de la U.N.A.M.

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Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz


La educación es uno de los pilares fundamentales en la formación y en la estructura de los seres humanos. Es, en nuestra opinión, el instrumento idóneo por excelencia para encontrar, develar, desarrollar, inducir, adecuar, preparar, entrenar, afinar, potenciar y hacer culminar (entre otros), a plenitud, todas las potencialidades de los seres humanos.
Este desenvolvimiento está sujeto, desde luego a normas, técnicas y, sobre todo, principios axiológicos de todo jaez que serán los parámetros menester para que tenga validez plena cualquier proceso de enseñanza aprendizaje.

En la especie, bien sabemos que nuestro país no está precisamente catalogado entre los primeros lugares en cuestión de educación, ya que tenemos un alto índice de analfabetismo, la educación que se imparte en las escuelas oficiales ahora es muy deficiente y en las particulares también, con el agravante en estas últimas de su proclividad ideológica hacia las mas retardatarias metas y los conceptos del mas puro conservadurismo que siguen luchando por, no sólo conservar, sino perpetuar los inmensos y ofensivos privilegios que tenían y siguen teniendo, salvo el caso de las excepciones de siempre.

Y en el devenir histórico de nuestro pueblo, la institución que ha sido un factor determinante para su educación y la formación de sus cuadros directivos en todas las áreas de las ciencias y las humanidades, es la Universidad Nacional.

Desde luego que no sería válido desconocer un hecho importante que nos remonta a sus orígenes y así, en el año de 1545, por autorización del rey Carlos 1 de España y refrendada por Cédula real del mismo monarca el 21 de septiembre de 1551 se fundó en la Nueva España la primera universidad del continente americano y esta fue la Real y Pontificia Universidad de México.

Con el tiempo, ésta dejó de funcionar y el día 22 de septiembre de 1910, (ayer se cumplieron precisamente 100 años) Don Justo Sierra, el Maestro de América, gran educador en nuestro país, pronunció un discurso célebre en el acto inaugural de la entonces llamada Universidad Nacional de México la cual, con el devenir del tiempo y su evolución, en momentos críticos de la historia de nuestro país, en el año de 1929 se transformó, merced a un movimiento estudiantil que culminó constituyendo a la actual Universidad Nacional Autónoma de México, mi Alma Mater y de muchos miles de mexicanos quienes abrevamos el conocimiento y los valores del mundo occidental en sus aulas, merced a aquellos catedráticos ilustres y eruditos que supieron compartir y hacer accesibles su cúmulo de conocimientos a las generaciones de estudiantes con ganas de aprender y de actuar en el marco de la cultura occidental.

Esta actual centenaria universidad está considerada la mejor de América Latina, España y Portugal; han desfilado por sus aulas, tanto en las ramas de Ciencias como en las de Humanidades, miles de jóvenes quienes convertidos en profesionistas, han sido prez y orgullo de los mexicanos ya que no hay que olvidar que de sus aulas salieron los tres premios Nobel con los que cuenta México, sin perjuicio de que de su Facultad de Derecho, después del gobierno de Lázaro Cárdenas, todos los presidentes de la Repúblicas y los cuadros de la dirigencia del país, salieron de ahí, (salvo don Adolfo Ruiz Cortines) hasta que llegaron los economistas.

Sus instalaciones en el Campus universitario son de primer orden habiéndose creado la Ciudad Universitaria (C.U.) que es motivo de orgullo y satisfacción por su magnificencia, esplendor y visión de futuro del Arq. Mario Pani y un equipo de arquitectos y colaboradores no menos brillante.

Han pasado, también, vicisitudes de carácter académico, político, social, económico, laboral, por mencionar algunas, así como que se han incrustado parásitos, (fósiles), delincuentes (porros), vividores y oportunistas que han tratado de apoderarse de ella, desvirtuando sus propósitos nobles y de excelencia. Pero nuestra Alma Mater ha sabido vencer escollos y obstáculos, superando las adversidades y a sus detractores, quienes pretenden denostarla para justificar que las universidades públicas son un lastre costoso para el país y que debería privatizarse la educación. ¡Eso nunca!

Tenemos Universidad y espero que sea por muchos años en beneficio de México y su pueblo. Lo tenemos bien ganado. O usted, universitario lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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