De la urgencia...

Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz


Hay fechas de significación trascendental en la vida de los pueblos. Fechas o efemérides que reportan o implican eventos o acciones verdaderamente relevantes tanto para su existencia como para su desenvolvimiento, para el logro de su vida plena. No siempre se logra esa plenitud, toda vez que ésta siempre es paulatina y acorde con la capacidad de quienes lo intentan.

No obstante, es una perenne intención del ser humano el lograrlo y siempre de la mejor manera posible.

De ahí que nos permitimos recordar una fecha de esta naturaleza que tuvo una repercusión local y nacional a su vez, me refiero a un día como ayer 27 de octubre, pero del año de 1833, en virtud de la cual se expidió el decreto que suprime la obligación civil de pagar el diezmo (es decir, el diez por ciento de los ingresos de todo individuo) a la Iglesia católica. ¡Qué bendición! Sin comentarios.

Y el mismo día pero del año de 1849 el presidente de la República, General José Joaquín de Herrera declaró la creación del estado de Guerrero.

Antes de ello, sin embargo, es menester recordar hechos importantes y básicos que todo habitante de este estado está obligado a conocer por un elemental sentido ya no sólo de pertenencia, sino siquiera de vecindad. Y si bien son ciertos estos datos elementales se deben enseñar al cursarse el 3º de primaria, es verdaderamente triste y lamentable que muy contados adultos lo recuerdan, sino que lo ignoran por completo y me refiero a que todo esto se da en todos los niveles de educación y jerarquía académica. Si lo duda haga el intento de preguntar a quien quiera que le hable de la génesis del actual estado de Guerrero y verá que tristes resultados obtendrá no solamente por erróneos, como por magros.

Recordando lo elemental no olvidemos que desde la guerra de Independencia, Don Miguel Hidalgo y Costilla le encargó a Don José María Morelos y Pavón que llevara la insurrección a la parte sur de nuestro país. Atento a ello, Morelos empezó por crear la Provincia de Nuestra Señora de Guadalupe de Técpan, tomando algunas partes de los territorios de la partencia de las intendencias de México, de Puebla y de Valladolid (hoy Michoacán).

Es obvio que por las incidencias de la guerra no fue posible cuajar en el gobierno federal, aun después de la Independencia, tal aceptación.

Sin embargo, el esfuerzo tanto de Juan Álvarez, como de Nicolás Bravo, ambos hacendados de este territorio y luchadores por la Independencia, con relevancia nacional, tanta, que ambos llegaron a ser presidentes de la República, en diferentes momentos de nuestra historia, lograron, por fin, conseguir las autorizaciones de los Congresos de esos tres estados para ceder su territorio para la erección del nuevo estado que lleva el nombre del prócer oriundo de Tixtla, perteneciente, ahora, al nuevo estado o sea, con los territorios de Acapulco, Chilapa y Taxco, del estado de México; el de Tlapa perteneciente al estado de Puebla ( Nicolás Bravo era el presidente de dicho Congreso) y el de Coyuca (ahora de Catalán), de la pertenencia de Michoacán al que por cierto hubo que torcerle un poco el brazo, con una partida de mil hombres para convencerlos de ceder su parte de la llamada Tierra Caliente.

Y así nació el actual Estado Libre y Soberano de Guerrero.

¿Y qué se ha hecho por él, desde entonces? Gobiernos van y gobiernos vienen. Cada uno nos relata, en el lenguaje oficial, todo los logros que se han obtenido en su administración y formalmente se han hecho esos esfuerzos, pero en la triste realidad actual, tenemos el muy poco honroso primer lugar al tener en Metlatónoc, el municipio mas pobre del país; estamos , junto con Oaxaca y Chiapas, en el cabús del desarrollo nacional; el hambre, la desnutrición crónica, el analfabetismo, el desempleo, la violencia, la inseguridad, la corrupción y la injusticia, entre otros, nos rodean y envuelven cotidianamente. El pueblo guerrerense, integrado por mestizos, indígenas, negros y blancos, ha dado muestras de heroísmo, de lucha y de trabajo, sin embargo tal parece que no ha fructificado en una mejor calidad de vida. ¿Atribuible a quién?

Es pues, urgente, que todos los pretendientes, ahora en aras de conseguir la titularidad del poder ejecutivo local lejos de incurrir en las ofertas demagógicas sólo para acceder al poder, per se, hagan verdaderos ejercicios de real politik, con programas y planes de trabajo con visión de estado y con la convicción auténtica de cumplir, y así se consiga un mejor nivel de vida para sus habitantes que bien lo merecemos. O usted, urgido lector, ¿Qué opina?