De la acción...

0

Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz


Mañana, viernes 31, es el último día del año. En las primeras fracciones de segundos, después de las 24:00 hrs. empezará a correr el nuevo año de 2011, lleno de expectativas, de propósitos bondadosos y/o extraordinarios, de sueños guajiros y también de frustraciones, decepciones e intentos de cambio infructuosos o malogrados.

Año nuevo, vida nueva -dicen algunos. Costumbres: las mismas -dicen y hacen los mas.
Es halagüeño recibir mensajes de buenaventura, de felicidades, de éxito y de bondades mil, de augurios ricos en expresiones de buena salud, de abundancia, de amor y de paz, cuando ellos vienen de aquellas personas a quienes amamos, a quienes queremos, de quienes consideramos un honor y una plena satisfacción de contar con su amistad sincera y su entrega sin condiciones; incluso se agradecen también aquellos mensajes que se nos envían por mero compromiso o como un requisito del momento, producto solo de la costumbre o de la buena educación. Desde luego que nos entristece el no ser recordados por aquellos a quienes también queremos pero que por alguna razón, no nos tuvieron en sus listas de destinatarios de sus buenas intenciones, omisiones perdonables, cuenta habida de que también, involuntariamente, nosotros incurrimos en ellas.

Estas fechas, proclives a la meditación, la introspección y el encuentro con nosotros mismos, también a los deseos amorosos y de buena voluntad, se renuevan cada año, cada comienzo de una etapa de doce meses en cuyo tiempo se ven imbíbitos los mejores propósitos para los demás y, claro está, para nosotros mismos.

Lo valioso, en estos casos, es cuando se tiene un proyecto de vida claro y específico, es cuando se sabe qué se quiere y cómo obtenerlo, desde luego hablo de propósitos válidos, axiológicamente plausibles, realizables y enriquecedores de suerte tal, que nos hagan superarnos como seres humanos y eso se logra cuando desterramos la mezquindad, la envidia, el odio, la traición, la mentira, la venganza, el rencor, la hipocresía, la maldad, la bajeza y exaltamos el amor, la generosidad, la veracidad, la bondad, la sinceridad, la compasión, la solidaridad, la caridad, el desprendimiento, la lealtad, la grandeza de miras y el perdón, en todos nuestros pensamientos y actos; y si bien eso resulta punto menos que ir cuesta arriba, también es factible, posible y susceptible de lograrse cuando se tiene el propósito, el coraje, la voluntad y el deseo de lograrlo, merced a la acción al echarnos a andar con esos sanos propósitos, a verdaderamente encaminar nuestros pasos al logro de esos objetivos, los cuales están al alcance de nuestra mano, siempre y cuando realmente los deseemos y actuemos en consecuencia. Así de fácil. No olvidemos que querer es poder y la mente y la voluntad humana no tienen límites que nos impidan realizar nuestro destino. Lo importante es saber qué se quiere y cómo lograrlo aun cuando al parecer no siempre se cuenta con esa certidumbre.

Habrá quien aduzca, al no lograr sus propósitos, culpar a otros, a la mala suerte, a la falta de oportunidades, a la falta de estímulos, a la carencia de apoyos, a la ignorancia, a la incomprensión de los demás, a la arbitrariedad y a los abusos de terceros, pero en el fondo, en esos casos, siempre subyacen la carencia de propósitos claros y viables, la decisión inquebrantable de lograrlos y, sobre todo, la falta de acción para obtenerlos.

Se necesitaría ser un topo (mis disculpas a tan simpáticos animalitos), para no darse cuenta de lo que nos depara este año venidero: corrupción galopante, tremenda, atroz; desempleo, carestía en todos los renglones de los bienes de consumo, inseguridad, violencia (robos, asaltos, extorsiones, secuestros, asesinatos, -31,490 en el sexenio, hasta ayer-), como la acción de la delincuencia, organizada o no; ignorancia, hambre, falta de salud, inconformidad generalizada; ineficacia e ineficiencia en la mayoría de las acciones de gobierno, de los tres niveles; demagogia, mentiras, promesas sin cumplir y derroche criminal de recursos en las campañas electorales; en fin, en todos los renglones conocidos por todos.

Pero no todo está perdido. Existen millones de mexicanos dispuestos a colaborar en la superación de estos y otros problemas, siempre y cuando exista un líder congruente, veraz y efectivo que logre conciliar los intereses de las mayorías.

Pero ante la adversidad, esa introspección a la que he aludido, nos permitirá ser congruentes con nuestros mejores propósitos, siempre y cuando nos echemos a andar, iniciemos la acción para el logro de nuestro futuro, halagüeño, de paz, amor y realización. Por eso y mas les deseo un excelente año nuevo. O usted, activo lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.



Periplos en Red

Grab this Headline Animator

 
Ir Abajo Ir Arriba