Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz
Estamos viviendo en la actualidad momentos insospechados. En todos los renglones de la vida en nuestro planeta se dan y se crean eventos, naturales y culturales ( no olvidar que la cultura es producto de la creación humana), que impactan de una manera brutal a las estructuras físicas y culturales de nuestro entorno v.gr.: los terribles terremoto y maremoto recién sufridos en Japón y su cauda peligrosa de contaminación ambiental, sus lamentables muertes y desaparecidos, etc.
México, Guerrero y en especial, Acapulco, no escapan a estos avatares y comparten con el resto del mundo los infortunios, así como las bondades y maravillas de la existencia.
Acapulco, por ejemplo, como destino turístico que es, por sus bellezas naturales, su temperatura media anual de 27º. C. , su participación decisiva y trascendental en nuestras lides libertarias, a través de nuestra historia patria, que le dio fama internacional a nuestro país en el concierto de las naciones, se encuentra en estos momentos en una etapa crucial para su existencia.
Es público y notorio que ha estado perdiendo competitividad en el mercado turístico mundial y ello obedece a múltiples razones: la creación de nuevos polos turísticos en el mundo, en los EUA. (que es nuestro principal proveedor de turistas), en nuestro propio país, así como la diversificación de los atractivos turísticos que han proliferado en diferentes latitudes.
De ahí que con los encantos y bellezas naturales indiscutibles con las que cuenta Acapulco, se hace imprescindible su reposicionamiento en el panorama turístico mundial para consolidarse como un polo de atracción turística de primer nivel, como corresponde a su jerarquía ganada a pulso durante décadas.
Solo que para lograrlo, un elemento fundamental es la cohesión, entendida ésta como la acción y efecto de reunirse o de adherirse las cosas entre sí y, por extensión, de unirse los esfuerzos y voluntades de todos para lograrlo, lo que incluye la participación responsable que abarca a todo nuestro andamiaje social, a saber: gobernantes y gobernados, comerciantes y consumidores, profesionistas y clientes, fuerzas armadas y sociedad civil, estudiantes y profesores, familias, sindicatos, prestadores de servicios turísticos, principalmente, y todo el conglomerado que conforma estructuralmente a nuestra sociedad.
Concomitantemente estamos estrenando nuevo gobierno estatal, con su cauda de promesas hechas en campaña y que al triunfo de su candidato, ahora gobernador, se tiene la expectativa, la esperanza, la ilusión de que se cumplan si no todas, cuando menos la gran mayoría de ellas, acorde con las circunstancias y para Acapulco, una prioridad triple A.
De esta guisa sorprende, incomoda y lastima el anuncio de la Secretaria de Turismo Gloria Guevara Manzo (declarada persona non grata por el cabildo acapulqueño) de hacer itinerante el evento magnífico del Tianguis Turístico de Acapulco, disque por presiones en todo el país de operadores turísticos, gobernadores y demás gente interesada y todos se lanzan contra ella a sabiendas que una medida de estas no se dan si no se cuenta con la aprobación de su jefe el titular del Ejecutivo Federal. Acapulco ha sido motivo de toda serie de ataques por los sitios que pretenden competir turísticamente con él y ahora se pretende darle la puntilla, pues el anterior secretario federal del ramo no hizo nada por Acapulco, aunado a
su ineficacia e ineficiencia.
Ahora, sin embargo, se presenta la titular de la Secretaría de Fomento Turístico del estado Graciela Báez Ricárdez y en conferencia de prensa sostiene el interés de defender el Tianguis, pero en base en un liderazgo de soluciones y estrategias no de escándalo ni de oportunismo en beneficio político de unos cuantos, aunado a un planteamiento jurídico sólido. Y basa, asimismo, su programa de acción en tres puntos importantes: la planeación, la inversión y la promoción, trípode vital de toda empresa que desee tener éxito. Ya veremos si a la hora de la inversión el sector privado aporta generosamente su parte, pues normalmente se espera que sea el gobierno (de los tres niveles) el que lo haga, aun siendo ellos los de las ganancias.
Se requiere ahora de cohesión, de que los tres órdenes de gobierno marchen de la mano juntos en un esfuerzo por y para reposicionar a Acapulco, sin mezquindades, sin protagonismos políticos y sin zancadillas que ya se dejan ver y sentir. Acapulco se merece ese esfuerzo y lo necesita. O usted, cohesionado lector, ¿Qué opina?
Estamos viviendo en la actualidad momentos insospechados. En todos los renglones de la vida en nuestro planeta se dan y se crean eventos, naturales y culturales ( no olvidar que la cultura es producto de la creación humana), que impactan de una manera brutal a las estructuras físicas y culturales de nuestro entorno v.gr.: los terribles terremoto y maremoto recién sufridos en Japón y su cauda peligrosa de contaminación ambiental, sus lamentables muertes y desaparecidos, etc.
México, Guerrero y en especial, Acapulco, no escapan a estos avatares y comparten con el resto del mundo los infortunios, así como las bondades y maravillas de la existencia.
Acapulco, por ejemplo, como destino turístico que es, por sus bellezas naturales, su temperatura media anual de 27º. C. , su participación decisiva y trascendental en nuestras lides libertarias, a través de nuestra historia patria, que le dio fama internacional a nuestro país en el concierto de las naciones, se encuentra en estos momentos en una etapa crucial para su existencia.
Es público y notorio que ha estado perdiendo competitividad en el mercado turístico mundial y ello obedece a múltiples razones: la creación de nuevos polos turísticos en el mundo, en los EUA. (que es nuestro principal proveedor de turistas), en nuestro propio país, así como la diversificación de los atractivos turísticos que han proliferado en diferentes latitudes.
De ahí que con los encantos y bellezas naturales indiscutibles con las que cuenta Acapulco, se hace imprescindible su reposicionamiento en el panorama turístico mundial para consolidarse como un polo de atracción turística de primer nivel, como corresponde a su jerarquía ganada a pulso durante décadas.
Solo que para lograrlo, un elemento fundamental es la cohesión, entendida ésta como la acción y efecto de reunirse o de adherirse las cosas entre sí y, por extensión, de unirse los esfuerzos y voluntades de todos para lograrlo, lo que incluye la participación responsable que abarca a todo nuestro andamiaje social, a saber: gobernantes y gobernados, comerciantes y consumidores, profesionistas y clientes, fuerzas armadas y sociedad civil, estudiantes y profesores, familias, sindicatos, prestadores de servicios turísticos, principalmente, y todo el conglomerado que conforma estructuralmente a nuestra sociedad.
Concomitantemente estamos estrenando nuevo gobierno estatal, con su cauda de promesas hechas en campaña y que al triunfo de su candidato, ahora gobernador, se tiene la expectativa, la esperanza, la ilusión de que se cumplan si no todas, cuando menos la gran mayoría de ellas, acorde con las circunstancias y para Acapulco, una prioridad triple A.
De esta guisa sorprende, incomoda y lastima el anuncio de la Secretaria de Turismo Gloria Guevara Manzo (declarada persona non grata por el cabildo acapulqueño) de hacer itinerante el evento magnífico del Tianguis Turístico de Acapulco, disque por presiones en todo el país de operadores turísticos, gobernadores y demás gente interesada y todos se lanzan contra ella a sabiendas que una medida de estas no se dan si no se cuenta con la aprobación de su jefe el titular del Ejecutivo Federal. Acapulco ha sido motivo de toda serie de ataques por los sitios que pretenden competir turísticamente con él y ahora se pretende darle la puntilla, pues el anterior secretario federal del ramo no hizo nada por Acapulco, aunado a
su ineficacia e ineficiencia.
Ahora, sin embargo, se presenta la titular de la Secretaría de Fomento Turístico del estado Graciela Báez Ricárdez y en conferencia de prensa sostiene el interés de defender el Tianguis, pero en base en un liderazgo de soluciones y estrategias no de escándalo ni de oportunismo en beneficio político de unos cuantos, aunado a un planteamiento jurídico sólido. Y basa, asimismo, su programa de acción en tres puntos importantes: la planeación, la inversión y la promoción, trípode vital de toda empresa que desee tener éxito. Ya veremos si a la hora de la inversión el sector privado aporta generosamente su parte, pues normalmente se espera que sea el gobierno (de los tres niveles) el que lo haga, aun siendo ellos los de las ganancias.
Se requiere ahora de cohesión, de que los tres órdenes de gobierno marchen de la mano juntos en un esfuerzo por y para reposicionar a Acapulco, sin mezquindades, sin protagonismos políticos y sin zancadillas que ya se dejan ver y sentir. Acapulco se merece ese esfuerzo y lo necesita. O usted, cohesionado lector, ¿Qué opina?
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