De la felicidad...

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Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz


Desde los orígenes de la cultura occidental, la cultura de la cual abrevamos toda su producción, incluyendo las proporcionadas por nuestras culturas locales, ha sido una permanente la búsqueda de la felicidad, entendiendo por ella la situación del ser para quien las circunstancias de su vida son tales como las desea. Y también podemos entender por ella, la sensación de satisfacción, de contento.

De esta guisa los griegos ya nos hablaban del hedonismo, del eudemonismo y del utilitarismo como caminos idóneos para acceder a nuestros propósitos válidos, según se trate. Así, en esta búsqueda el hedonismo significa la consecución del placer, el eudemonismo de la felicidad y el utilitarismo, precisamente de la utilidad que podamos conseguir de las cosas.

Solo que estas finalidades, estos propósitos se han utilizado como paradigmas ( ejemplo que sirve de norma) y cada quien lo usa o persigue de acuerdo a sus necesidades prístinas o elementales, así quien tiene la proclividad por el placer, todo aquello que le reporta satisfacción por conducto del sensorio, se sentirá satisfecho, igual que respecto al utilitarismo, hay quienes se sienten plenos ayudando a sus semejantes en acciones altruistas y otros, por el contrario, lo lograrán con el acumulamiento de riquezas, merced a la avaricia, la usura y el despojo.

Sin embargo, la búsqueda de la felicidad es constante, es permanente, hay quienes la entienden como un placer prolongado, aun cuando existen quienes dicen que ésta es efímera y no puede ser permanente, de ahí el aconsejar se viva el presente a plenitud, habida cuenta de que el pasado ya pasó, el futuro todavía no llega y, por consiguiente, hay que vivir el presente lo mas intensamente posible, solo que nosotros agregaríamos sí, pero con visión de futuro. Reflexiones éstas que hemos mencionado “ n “ número de veces, pero que ahora cobran actualidad a partir de que está en vigor una campaña, nacida en Londres, para la consecución de la felicidad basada en la ciencia.

En efecto, un grupo integrado por economistas, políticos y académicos, están convencidos de que esto es posible y de la teoría pasan a la praxis para el logro de una sociedad mas feliz, merced a un movimiento llamado Action for Happiness (Acción por la felicidad) con el cual se estimulan los abrazos, la meditación y los actos aleatorios de bondad, partiendo del principio de que el dinero no puede comprar la felicidad, cosa que sabemos desde tiempo inmemorial, pero el caso es que también se ha utilizado, lamentablemente, como paradigma universal. Y también del principio de que la bondad cultiva la felicidad, estimula a la gente a practicar pequeños actos de generosidad, desde abrazar a abrirle la puerta a otra persona, ofrecer disculpas o ceder el asiento en el transporte público, cosas que tanto añoramos en nuestros días pero que es factible realizar con un ejercicio de voluntad.

De esta suerte dicen que “nuestros niveles de felicidad se han estancado durante los últimos sesenta años”, lo cual evidencia que “Los ingresos no significan mucha diferencia. La calidad de las relaciones humanas en el hogar y el lugar de trabajo ha sido descuidada de muchas maneras a favor de un mayor ingreso”.Y esto se evidencia con el hecho de que en países desarrollados como EUA y Gran Bretaña, los niveles de bienestar se mantuvieron estáticos a pesar de que subieron los ingresos disponibles y la seguridad financiera después de la guerra, en las economías occidentales.

Lo anterior se ha manifestado por las investigaciones que han arrojado niveles superiores de felicidad en países como Nigeria y Bangladesh, en contraste con países europeos o del norte de América. Debemos, sin embargo, reconocer que el concepto de la “ ciencia de la felicidad” fue impulsado por el rey de Bután, en las Himalayas, al decretar una política de “Felicidad Bruta Nacional “ al principio de la década de 1990 para promover el bienestar de su pueblo en medio del desarrollo económico.

El hecho es tan importante que es elevada la felicidad a rango constitucional como un derecho en Japón y Corea del Sur y en Brasil hay una iniciativa legislativa para hacer de la “búsqueda de la felicidad” un derecho inalienable como la salud, alimentación y otros similares.

Ya cuentan con adeptos en mas de 60 países y nosotros agregaríamos los adeptos a movimientos como el de “Milagros” que tiene el mismo propósito o el de “pleyadianos”, por decir algunos, basados en el amor, el perdón y la búsqueda de la felicidad, que buscan un cambio cultural radical, cambiando el interés personal egoísta por la promoción de la felicidad para el prójimo.

Solo así podremos cambiar nuestra decadente realidad actual. O usted, feliz lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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