Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz
Es la duda razonable, es la duda metódica la que da origen al conocimiento y, en especial, al conocimiento científico. Recordemos cómo en palabras del insigne filósofo alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel se plantea esta posibilidad con su famosa frase al decir: “Dudo, luego pienso. Pienso, luego existo”, de ahí que su filosofía englobaba al ser y al pensar en un principio único: el concepto.
De esta suerte, la duda es la indeterminación entre dos juicios o decisiones, y el dudar lo entendemos como estar en duda o simplemente dar poco crédito a algo.
Es el caso que recién nos enteramos que en el estado de Chihuahua, en donde los actos delictivos han alcanzado niveles insospechados, especialmente en Ciudad Juárez, el gobernador del estado y el secretario de Seguridad Pública federal, anunciaron la incorporación de dos mil 100 graduados de universidades a una nueva policía en esa entidad federativa.
Esta decisión fue tomada en consenso con los representantes de las principales escuelas y universidades de ese estado, en donde se anunció un programa de dichos centros educativos para participar en las actividades policíacas. Se dijo que a los interesados y aceptados, “se les dotará de metodologías para la investigación e inteligencia con la finalidad de formar, capacitar y buscar que los jóvenes universitarios, se involucren en la importante tarea de seguridad con una formación profesional que dignifique los cuerpos de seguridad”.
El gobernador dijo que: “mil de estos nuevos policías serán parea Ciudad Juárez y destacó que 500 deben de iniciar a la brevedad posible, mientras que 500 serán para atender las necesidades de Chihuahua capital y los restantes 600 para el resto de la entidad”.
Se dijo, asimismo, que la Policía Federal se hará cargo del eje rector de la formación policial, cuya capacitación consistirá en análisis de investigación, análisis tecnológico, información y procesamiento de datos, inteligencia operativa, análisis táctico, así como habilidades y destrezas policiales.
Dicho así suena impresionante y muy ad hoc para el nuevo sistema penal acusatorio, pero si reflexionamos un poco nos daremos cuenta de que al instante surgen algunas interrogantes que nos hacen dudar de la efectividad de la realización fáctica de tan iluso sueño.
Me explicaré. Nuestro país gasta enormes sumas de dinero para sostener el sistema educativo nacional, en especial en las universidades públicas, a pesar de que no invierte lo suficiente para mejorar la calidad de la enseñanza que requerimos y menos en la investigación. Aun así, ante la falta de oportunidades para continuar con la preparación de nuestros egresados, los más calificados se van al extranjero en donde los acaparan con sueldos y prestaciones muy tentadoras, quedándose allá generando una fuga de cerebros que aquí nos cuesta su preparación y allá simplemente se los quedan. ¿No es atentar flagrantemente en contra de nuestras reservas de cerebros? De esta suerte los que se quedan, también ante la falta de oportunidades se prestan a realizar servicios y subempleos muy por debajo de su capacitación y eso los está haciendo vulnerables ante los dadores de trabajo; ante esto, ¿No es lógico que el ofrecimiento de catorce mil pesos mensuales será un anzuelo poco despreciable para los sin empleo? Habrá muchos que digan que es mejor eso que nada. Pero entonces ¿en dónde quedó su vocación profesional?; los oftalmólogos, los matemáticos, los filósofos, los escritores, los economistas, es decir, todas las ramas de humanidades y las de ciencias, aparte de trabajar en funciones de gabinete, merced a su preparación policial ¿también tendrán que salir a darse de balazos con pelafustanes, delincuentes que no tienen el mínimo respeto a la vida de nadie, menos a la de ellos mismos? Reconocemos que los tres órdenes de gobierno son presa de la corrupción y lo acaba de anunciar Transparencia Mexicana: en 2010 los mexicanos gastamos 32 mil millones de pesos en más de 200 millones de actos de corrupción, mayoritariamente en trámites de gobierno y que incluye, obviamente, la participación policíaca. Sí es cierto que nuestras policías tienen bajísimos niveles de cultura y de preparación, y de condición física, y es urgente contratar gente con un mejor nivel, incluso hasta de preparatoria y luego vendría la preparación policial, pero contratar egresados universitarios ¿No será como matar pulgas con un cañón?, y ¿No se está haciendo un hoyo (en los egresados universitarios) para tapar otro? (en la ineficiencia al combate del crimen organizado).
Se abrió una duda razonable. Ojalá y los resultados sean favorables. O usted, dubitativo lector. ¿Qué opina?
Es la duda razonable, es la duda metódica la que da origen al conocimiento y, en especial, al conocimiento científico. Recordemos cómo en palabras del insigne filósofo alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel se plantea esta posibilidad con su famosa frase al decir: “Dudo, luego pienso. Pienso, luego existo”, de ahí que su filosofía englobaba al ser y al pensar en un principio único: el concepto.
De esta suerte, la duda es la indeterminación entre dos juicios o decisiones, y el dudar lo entendemos como estar en duda o simplemente dar poco crédito a algo.
Es el caso que recién nos enteramos que en el estado de Chihuahua, en donde los actos delictivos han alcanzado niveles insospechados, especialmente en Ciudad Juárez, el gobernador del estado y el secretario de Seguridad Pública federal, anunciaron la incorporación de dos mil 100 graduados de universidades a una nueva policía en esa entidad federativa.
Esta decisión fue tomada en consenso con los representantes de las principales escuelas y universidades de ese estado, en donde se anunció un programa de dichos centros educativos para participar en las actividades policíacas. Se dijo que a los interesados y aceptados, “se les dotará de metodologías para la investigación e inteligencia con la finalidad de formar, capacitar y buscar que los jóvenes universitarios, se involucren en la importante tarea de seguridad con una formación profesional que dignifique los cuerpos de seguridad”.
El gobernador dijo que: “mil de estos nuevos policías serán parea Ciudad Juárez y destacó que 500 deben de iniciar a la brevedad posible, mientras que 500 serán para atender las necesidades de Chihuahua capital y los restantes 600 para el resto de la entidad”.
Se dijo, asimismo, que la Policía Federal se hará cargo del eje rector de la formación policial, cuya capacitación consistirá en análisis de investigación, análisis tecnológico, información y procesamiento de datos, inteligencia operativa, análisis táctico, así como habilidades y destrezas policiales.
Dicho así suena impresionante y muy ad hoc para el nuevo sistema penal acusatorio, pero si reflexionamos un poco nos daremos cuenta de que al instante surgen algunas interrogantes que nos hacen dudar de la efectividad de la realización fáctica de tan iluso sueño.
Me explicaré. Nuestro país gasta enormes sumas de dinero para sostener el sistema educativo nacional, en especial en las universidades públicas, a pesar de que no invierte lo suficiente para mejorar la calidad de la enseñanza que requerimos y menos en la investigación. Aun así, ante la falta de oportunidades para continuar con la preparación de nuestros egresados, los más calificados se van al extranjero en donde los acaparan con sueldos y prestaciones muy tentadoras, quedándose allá generando una fuga de cerebros que aquí nos cuesta su preparación y allá simplemente se los quedan. ¿No es atentar flagrantemente en contra de nuestras reservas de cerebros? De esta suerte los que se quedan, también ante la falta de oportunidades se prestan a realizar servicios y subempleos muy por debajo de su capacitación y eso los está haciendo vulnerables ante los dadores de trabajo; ante esto, ¿No es lógico que el ofrecimiento de catorce mil pesos mensuales será un anzuelo poco despreciable para los sin empleo? Habrá muchos que digan que es mejor eso que nada. Pero entonces ¿en dónde quedó su vocación profesional?; los oftalmólogos, los matemáticos, los filósofos, los escritores, los economistas, es decir, todas las ramas de humanidades y las de ciencias, aparte de trabajar en funciones de gabinete, merced a su preparación policial ¿también tendrán que salir a darse de balazos con pelafustanes, delincuentes que no tienen el mínimo respeto a la vida de nadie, menos a la de ellos mismos? Reconocemos que los tres órdenes de gobierno son presa de la corrupción y lo acaba de anunciar Transparencia Mexicana: en 2010 los mexicanos gastamos 32 mil millones de pesos en más de 200 millones de actos de corrupción, mayoritariamente en trámites de gobierno y que incluye, obviamente, la participación policíaca. Sí es cierto que nuestras policías tienen bajísimos niveles de cultura y de preparación, y de condición física, y es urgente contratar gente con un mejor nivel, incluso hasta de preparatoria y luego vendría la preparación policial, pero contratar egresados universitarios ¿No será como matar pulgas con un cañón?, y ¿No se está haciendo un hoyo (en los egresados universitarios) para tapar otro? (en la ineficiencia al combate del crimen organizado).
Se abrió una duda razonable. Ojalá y los resultados sean favorables. O usted, dubitativo lector. ¿Qué opina?
Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.
Grab this Headline Animator