Del glamour...

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Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz


Siendo aceptados todo tipo de neologismos en nuestro idioma, dada la rapidez con que la cibernética nos permite comunicarnos, vía la internet, existe también, desde hace muchos años un galicismo usado en nuestra lengua, con toda familiaridad: el glamour.

Al margen de su etimología, semánticamente lo entendemos como sinónimo de sofisticación, de clase, de elegancia, de exuberancia, de belleza, vamos de algo diferente a lo gris, a lo anodino, a lo grosero o a lo vulgar.

Últimamente la televisión comercial nos ha imbuido en el gusto y aceptación de personajes, acciones, usos y costumbres, las mas de ellas de parte de los vecinos del norte de nuestras fronteras, que tienen de todo menos glamour.

Se esta guisa en los últimos días se ha usado mucho este galicismo, para darle un tinte glamoroso al relanzamiento turístico de nuestro bellísimo puerto y en especial en la promoción del llamado Festival Internacional de Cine de Acapulco.

Se trata, nos dicen, de recuperar el glamour que Acapulco tuvo en años anteriores.

Lo anterior, o sea la idea de un festival cinematográfico nos parece sensacional, pero lo entendemos como un foro en donde se exhiben películas que van a competir para el logro de una presea que califique y honre a la creatividad, dirección y actuación de quienes participen en el filme de que se trate.

Lamentablemente lo que pudimos ver es que en la inauguración abundaron la falta de organización, de sincronización, la falta de público. Y lo mas lamentable es que no hubo público que se quedara a la exhibición de la película programada, después de que salieron los invitados especiales. Fue interesante ver en persona a luminarias del cine internacional de hace muchas décadas, pero no existió ninguna relación con el festival y su presencia y por mas que hay quien dice que se vuelve a ver a estas estrellas en el medio de Acapulco, la verdad es que fueron invitadas ex profeso y casi nadie pudo decir que compartió espacios públicos con ellos.

Recordemos que el glamour del que gozó Acapulco, inició por los años cincuenta y perduró solo por un tiempo, y los miembros del jet set que nos visitaban, lo hacían por la belleza inconmensurable de la Bahía de Acapulco, por la calidez de su gente, por el atractivo de sus bellezas naturales, su clima de excepción y su indiscutible ambiente romántico y natural, todo lo cual propició ese ambiente de glamour indiscutible.

Solo que eso propició que Acapulco se convirtiera no solo en atractivo para el visitante, sino también para la cantidad de paisanos y de todas partes del estado y del país, que al no tener alternativas de empleo o de satisfacción de sus mas elementales necesidades, se dejaron venir, sin ninguna capacitación para la prestación de servicios turísticos y ante la carencia de recursos para adquirir vivienda o construirla, iniciaron la invasión de predios y nació el paracaidismo, eufemísticamente llamados precaristas y toda la secuela que de ello se derivó, como el clientelismo político.

De todo ello, no se encuentra el glamour en una pelea de box, o en un concierto en la playa en donde la desorganización propició el desmayo de 20 jovencitas por los apretones, o en el ruidoso espectáculo de aviones haciendo todo tipo de maniobras sobre la Bahía de Acapulco, ni tampoco en un concierto masivo de un cantante popular.

Entiendo que todos estos eventos son necesarios para relanzar turísticamente al puerto y que mucha falta le hace. También es plausible y de reconocer la participación decisiva del titular del ejecutivo estatal para su logro, solo que lamentablemente no es colgándonos hasta la jaula del perico como vamos a darle glamour a nuestro puerto, habida cuenta que antes se lograba sin hacer nada que no fuera su naturaleza y la calidez de su gente. O usted, glamoroso lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.



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