Por el Mtro. Fernando Reyes Baños
La planeación en las instituciones busca un equilibrio entre lo que la institución “es” y “debe ser”, así como entre lo que “quiere ser” y lo que “puede ser”, lo que en el caso de las instituciones educativas resulta particularmente difícil de lograr, debido a la estructura que suele caracterizar a la mayoría de ellas (Roffe, 2009).
La revisión que se presenta a continuación, se avoca específicamente a la planeación estratégica, es decir, al proceso con el que se busca determinar los objetivos de la institución educativa, las estrategias que servirán para lograrlos y el procedimiento que servirá para monitorear la implementación sistemática de todo lo anterior (Roffe, 2009).
Así pues, la planeación estratégica, que se realiza después de la planeación normativa (Ruiz, 2000), implica varias etapas para su realización.
Identificación de factores críticos.- Reflexión en torno a preguntas que provoquen visualizar a futuro la labor educativa y los resultados que la institución desea lograr, las cuales deberán responderse, de acuerdo a lo establecido en la planeación normativa (Ruiz, 2000).
Esta primera etapa sirve para investigar, atendiendo al beneficiario del servicio educativo que se brinda, lo que induce a la institución a pensar nuevamente en lo que originó su creación. Es un momento oportuno para aprovechar el contacto con los grupos de interés, ya que éstos proveen de información relevante a la institución. El resultado de esta etapa es la definición de los factores críticos de la institución educativa, elementos clave expresados implícitamente en la visión y misión institucionales.
Análisis interno y externo.- El análisis de las fortalezas y debilidades, así como de las amenazas y oportunidades es la siguiente etapa. Ruiz (2000) considera importante esta parte del proceso porque ayuda a entender los factores internos y externos que deben considerarse para desarrollar los planes estratégicos.
Implica un análisis en dos etapas:
Definición de estrategias.- Implica definir las estrategias que permitirán la formulación de los planes de acción a seguir, de los que se obtendrá una serie de estrategias, que Ruiz (2000) sugiere se caractericen por atender los factores críticos, por ser factibles en lo técnico y aceptables en lo político, además de ser congruentes con la visión, misión y valores institucionales.
Definición de metas.- Consiste en definir las metas. Éstas son el puente entre las estrategias y los planes de acción. Ruiz (2000) considera que las metas representan el paso inicial para hacer operativas las estrategias institucionales, siendo posible priorizar las acciones individuales y hacer ajustes al revisar el avance respecto a su cumplimiento.
En este punto resulta conveniente explorar los planes de acción que pudieran generarse en términos de los recursos humanos, financieros, equipo, etcétera que su implementación requerirá, por lo que se deberán seleccionar y priorizarlas estrategias resultantes del proceso de análisis, considerando los posibles obstáculos que podrían impedir su despliegue institucional.
Despliegue institucional.- De la planeación estratégica se deriva la planeación operativa, que es la implantación del plan estratégico institucional. En términos de acciones a realizar, la planeación estratégica requiere la consideración de varios aspectos: identificar a los líderes que coordinarán los proyectos, asignar responsabilidades, autoridad y recursos, así como conformar a los equipos de trabajo que lleguen a participar, además de contar con un sistema que monitoree la secuencia de realización de cada proyecto.
Al término de esta fase es importante comparar los resultados obtenidos con las metas esperadas y las medidas de éxito definidas inicialmente, lo que permitirá ajustar los planes, estrategias, proyectos y recursos de la manera más conveniente.
En conclusión: es evidente cuán importante resulta que las instituciones hagan planeación de manera sistemática, integrando la información que produzcan y visionando hacia dónde se dirigen (y deben dirigirse) (Torres et al., 2008); cabría agregar además, su consideración constante en torno a la intención, el compromiso, la constancia y la responsabilidad que semejante ejercicio demanda, ya que uno de sus primeros beneficios es disminuir las decisiones tomadas de manera improvisada e irreflexiva, lo que motivará su propuesta de estrategias, metas, indicadores y planes de acción, que desplegarán institucionalmente para su ejecución, evaluación y mejora, elementos que luego podrán comparar prospectivamente con los servicios que, de acuerdo a las oportunidades y necesidades que hayan detectado, deberán ofrecer en el futuro.
Referencias
Roffe, N. (2009). Modelo de Planeación para la Educación del Siglo XXI. Recursos y Competencias. Distrito Federal, México: Plaza y Valdés.
Ruiz, M. I. (2000). Sistema de planeación para instituciones educativas. México: Trillas & ITESM Universidad Virtual.
Torres Lima, P., Villafán Aguilar, J., y Álvarez Medina, M. de L. (2008). Planeación estratégica y desarrollo organizacional en instituciones educativas: el estudio de un caso universitario en México. Revista Iberoamericana de Educación, 47(2) 1 - 11.
La planeación en las instituciones busca un equilibrio entre lo que la institución “es” y “debe ser”, así como entre lo que “quiere ser” y lo que “puede ser”, lo que en el caso de las instituciones educativas resulta particularmente difícil de lograr, debido a la estructura que suele caracterizar a la mayoría de ellas (Roffe, 2009).
La revisión que se presenta a continuación, se avoca específicamente a la planeación estratégica, es decir, al proceso con el que se busca determinar los objetivos de la institución educativa, las estrategias que servirán para lograrlos y el procedimiento que servirá para monitorear la implementación sistemática de todo lo anterior (Roffe, 2009).
Así pues, la planeación estratégica, que se realiza después de la planeación normativa (Ruiz, 2000), implica varias etapas para su realización.
Identificación de factores críticos.- Reflexión en torno a preguntas que provoquen visualizar a futuro la labor educativa y los resultados que la institución desea lograr, las cuales deberán responderse, de acuerdo a lo establecido en la planeación normativa (Ruiz, 2000).
Esta primera etapa sirve para investigar, atendiendo al beneficiario del servicio educativo que se brinda, lo que induce a la institución a pensar nuevamente en lo que originó su creación. Es un momento oportuno para aprovechar el contacto con los grupos de interés, ya que éstos proveen de información relevante a la institución. El resultado de esta etapa es la definición de los factores críticos de la institución educativa, elementos clave expresados implícitamente en la visión y misión institucionales.
Análisis interno y externo.- El análisis de las fortalezas y debilidades, así como de las amenazas y oportunidades es la siguiente etapa. Ruiz (2000) considera importante esta parte del proceso porque ayuda a entender los factores internos y externos que deben considerarse para desarrollar los planes estratégicos.
Implica un análisis en dos etapas:
- Análisis interno. Se define de la institución sus fortalezas (atributos organizacionales asociados con su estructura, recursos o métodos) y sus debilidades (que se manifiesta en la carencia organizacional o falta de solidez estructural en sus recursos, métodos o procesos). (Torres, Villafán & Álvarez, 2008)
- Análisis externo. Se define de la institución sus oportunidades (situaciones reales o potencialmente convenientes para la organización) y sus amenazas (desventajas o peligros, reales o potenciales, del entorno). (Torres et al., 2008)
Definición de estrategias.- Implica definir las estrategias que permitirán la formulación de los planes de acción a seguir, de los que se obtendrá una serie de estrategias, que Ruiz (2000) sugiere se caractericen por atender los factores críticos, por ser factibles en lo técnico y aceptables en lo político, además de ser congruentes con la visión, misión y valores institucionales.
Definición de metas.- Consiste en definir las metas. Éstas son el puente entre las estrategias y los planes de acción. Ruiz (2000) considera que las metas representan el paso inicial para hacer operativas las estrategias institucionales, siendo posible priorizar las acciones individuales y hacer ajustes al revisar el avance respecto a su cumplimiento.
En este punto resulta conveniente explorar los planes de acción que pudieran generarse en términos de los recursos humanos, financieros, equipo, etcétera que su implementación requerirá, por lo que se deberán seleccionar y priorizarlas estrategias resultantes del proceso de análisis, considerando los posibles obstáculos que podrían impedir su despliegue institucional.
Despliegue institucional.- De la planeación estratégica se deriva la planeación operativa, que es la implantación del plan estratégico institucional. En términos de acciones a realizar, la planeación estratégica requiere la consideración de varios aspectos: identificar a los líderes que coordinarán los proyectos, asignar responsabilidades, autoridad y recursos, así como conformar a los equipos de trabajo que lleguen a participar, además de contar con un sistema que monitoree la secuencia de realización de cada proyecto.
Al término de esta fase es importante comparar los resultados obtenidos con las metas esperadas y las medidas de éxito definidas inicialmente, lo que permitirá ajustar los planes, estrategias, proyectos y recursos de la manera más conveniente.
En conclusión: es evidente cuán importante resulta que las instituciones hagan planeación de manera sistemática, integrando la información que produzcan y visionando hacia dónde se dirigen (y deben dirigirse) (Torres et al., 2008); cabría agregar además, su consideración constante en torno a la intención, el compromiso, la constancia y la responsabilidad que semejante ejercicio demanda, ya que uno de sus primeros beneficios es disminuir las decisiones tomadas de manera improvisada e irreflexiva, lo que motivará su propuesta de estrategias, metas, indicadores y planes de acción, que desplegarán institucionalmente para su ejecución, evaluación y mejora, elementos que luego podrán comparar prospectivamente con los servicios que, de acuerdo a las oportunidades y necesidades que hayan detectado, deberán ofrecer en el futuro.
Referencias
Roffe, N. (2009). Modelo de Planeación para la Educación del Siglo XXI. Recursos y Competencias. Distrito Federal, México: Plaza y Valdés.
Ruiz, M. I. (2000). Sistema de planeación para instituciones educativas. México: Trillas & ITESM Universidad Virtual.
Torres Lima, P., Villafán Aguilar, J., y Álvarez Medina, M. de L. (2008). Planeación estratégica y desarrollo organizacional en instituciones educativas: el estudio de un caso universitario en México. Revista Iberoamericana de Educación, 47(2) 1 - 11.
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