Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz
Aun cuando se desconozcan específicamente las disposiciones jurídicas que determinan las funciones de la policía preventiva, en términos generales todo mundo sabe o debería de saber cuáles son las principales.
Sin entrar en tecnicismos, es vox populi el que la policía preventiva tiene como función principal precisamente la de prevenir el delito, la de ofrecer protección y seguridad a la población, el perseguir y detener a los delincuentes, ponerlos a disposición de las autoridades competentes y la de combatir al crimen en todas sus manifestaciones.
Ante ello, nos resultó verdaderamente impresionante, absurdo, espeluznante, insólito, vamos, total y absolutamente atípico el hecho narrado en una nota periodística fechada el día 31 de los corrientes en Ciudad Juárez, Chihuhua (OEM-Informex) que dice: “ Con vigilancia permanente las 24 horas del día, agentes preventivos fueron acuartelados en distintos hoteles de la ciudad, con la finalidad de evitar ataques armados en su contra…” después la nota nos dice en otro párrafo: “decenas de agentes preventivos de distintos distritos policíacos acudieron puntuales a la cita que sus superiores les habían encomendado, la intención era estar listos para que los llevaran a resguardarse de la delincuencia, hoteles cercanos fueron los elegidos para que los uniformados quedaran por tiempo indefinido en sus instalaciones” y para redondear la nota, ésta sigue diciendo: “La Secretaría de Seguridad Pública Municipal indicó que a causa de los ataques constantes de que han sido víctimas los policías preventivos, y a consecuencia de las recientes bajas de agentes , se tuvieron que tomar medidas como la antes citada, mayormente para proteger la integridad de los uniformados “. ¡Me doy!
Sí es cierto que la lucha de los cárteles sube la violencia en México, como lo ha alertado el gobierno de los EUA, ya que el FBI, la CIA y el Pentágono nos alertan y advierten que también la inseguridad se dispara por la corrupción. Pero eso ya lo sabemos y lo padecemos cotidianamente, sin embargo no es motivo para que guardemos a nuestras policías y tenerlos bajo protección para que los malos de la película no les hagan daño. O sea que mientras ellos están resguardados y protegidos en contra de los malos, la ciudadanía ¡muy bien, gracias!
Somos conscientes de esa realidad lacerante que se llama corrupción, y que nos agobia y envenena y que de alguna manera tiene que menguarse y, en su momento, de ser posible, de acabar con ella, y en el mejor de los casos, reducirla a su mínima expresión.
La delincuencia, organizada o no, tiene que ser enfrentada con los medios y con los procedimientos institucionales con que nos arma un estado jurídicamente establecido, de lo contrario para qué se hicieron las leyes y porqué tenemos la obligación, gobernantes y gobernados, de acatarlas y en su caso, de hacer que se acaten, si no es con el único propósito de lograr una convivencia pacífica que nos permita realizar y de llevar al cabo toda la potencialidad de nuestro ser, como desiderátum de nuestra existencia, circunstancia que no es posible realizar en medio de la violencia rampante, salpicada con similar corrupción.
De ahí que las policías preventivas, a nivel municipal, tienen la obligación de proteger a su población de las acciones delictivas, así como todas las policías de los tres niveles de gobierno, pero para ello tienen que calificarse, reestructurarse, de capacitarse de la mejor manera así como armarse para cumplir con su misión, aunado al deber imperativo de conducirse con integridad, ética y lealtad a las instituciones.
Es lo menos que se puede pedir para tener una vida en paz y llena de realizaciones personales y colectivas. O usted, impactado lector, ¿qué opina?
Aun cuando se desconozcan específicamente las disposiciones jurídicas que determinan las funciones de la policía preventiva, en términos generales todo mundo sabe o debería de saber cuáles son las principales.
Sin entrar en tecnicismos, es vox populi el que la policía preventiva tiene como función principal precisamente la de prevenir el delito, la de ofrecer protección y seguridad a la población, el perseguir y detener a los delincuentes, ponerlos a disposición de las autoridades competentes y la de combatir al crimen en todas sus manifestaciones.
Ante ello, nos resultó verdaderamente impresionante, absurdo, espeluznante, insólito, vamos, total y absolutamente atípico el hecho narrado en una nota periodística fechada el día 31 de los corrientes en Ciudad Juárez, Chihuhua (OEM-Informex) que dice: “ Con vigilancia permanente las 24 horas del día, agentes preventivos fueron acuartelados en distintos hoteles de la ciudad, con la finalidad de evitar ataques armados en su contra…” después la nota nos dice en otro párrafo: “decenas de agentes preventivos de distintos distritos policíacos acudieron puntuales a la cita que sus superiores les habían encomendado, la intención era estar listos para que los llevaran a resguardarse de la delincuencia, hoteles cercanos fueron los elegidos para que los uniformados quedaran por tiempo indefinido en sus instalaciones” y para redondear la nota, ésta sigue diciendo: “La Secretaría de Seguridad Pública Municipal indicó que a causa de los ataques constantes de que han sido víctimas los policías preventivos, y a consecuencia de las recientes bajas de agentes , se tuvieron que tomar medidas como la antes citada, mayormente para proteger la integridad de los uniformados “. ¡Me doy!
Sí es cierto que la lucha de los cárteles sube la violencia en México, como lo ha alertado el gobierno de los EUA, ya que el FBI, la CIA y el Pentágono nos alertan y advierten que también la inseguridad se dispara por la corrupción. Pero eso ya lo sabemos y lo padecemos cotidianamente, sin embargo no es motivo para que guardemos a nuestras policías y tenerlos bajo protección para que los malos de la película no les hagan daño. O sea que mientras ellos están resguardados y protegidos en contra de los malos, la ciudadanía ¡muy bien, gracias!
Somos conscientes de esa realidad lacerante que se llama corrupción, y que nos agobia y envenena y que de alguna manera tiene que menguarse y, en su momento, de ser posible, de acabar con ella, y en el mejor de los casos, reducirla a su mínima expresión.
La delincuencia, organizada o no, tiene que ser enfrentada con los medios y con los procedimientos institucionales con que nos arma un estado jurídicamente establecido, de lo contrario para qué se hicieron las leyes y porqué tenemos la obligación, gobernantes y gobernados, de acatarlas y en su caso, de hacer que se acaten, si no es con el único propósito de lograr una convivencia pacífica que nos permita realizar y de llevar al cabo toda la potencialidad de nuestro ser, como desiderátum de nuestra existencia, circunstancia que no es posible realizar en medio de la violencia rampante, salpicada con similar corrupción.
De ahí que las policías preventivas, a nivel municipal, tienen la obligación de proteger a su población de las acciones delictivas, así como todas las policías de los tres niveles de gobierno, pero para ello tienen que calificarse, reestructurarse, de capacitarse de la mejor manera así como armarse para cumplir con su misión, aunado al deber imperativo de conducirse con integridad, ética y lealtad a las instituciones.
Es lo menos que se puede pedir para tener una vida en paz y llena de realizaciones personales y colectivas. O usted, impactado lector, ¿qué opina?
Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.
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