De las celebraciones...

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Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz


Entendemos, grosso modo, por celebrar, el exaltar, el alabar o en su caso, hacer solemnemente una ceremonia, etc. De esta guisa existen en la vida de las personas en lo individual y en la vida de los pueblos en lo general, eventos de trascendental importancia que consideran dignos de celebrarse o de recordarse para que no se borren de la memoria colectiva, sin perjuicio de que los actos o acciones que sirvieron para darle elementos de superación a los individuos o a los pueblos, se reputan de valiosos y se pretende exaltarlos para no solo rendir homenaje a sus creadores y/o protagonistas, sino para que sirvan de ejemplo a las nuevas generaciones.

Curiosamente el jueves 8 de marzo se celebró en todos los confines el Día Internacional de la Mujer, evento que suscitó los mas grandes elogios, apoyos, discursos elocuentes, así como demostraciones de solidaridad y de buenos augurios para todas las féminas del orbe y, en especial, a las de nuestro país. Es el caso, sin embargo, que también se oyeron algunas voces discordantes, de algunas mujeres que se cuestionaron el qué se celebra si todavía persisten y subsisten prácticas discriminatorias, agresivas, insultantes, degradantes, abusivas, dañinas, hirientes, vergonzosas y vergonzantes en contra de las mujeres y si se trata de ser mujer, indígena y pobre, estas calificaciones se acentúan en forma exponencial. Ello se demuestra, ad nauseam, en el escenario sociológico nacional, ya no digamos el status que guardan las mujeres musulmanas en el ámbito de influencia de ésta y, en su caso, otras religiones las cuales consideran a la mujer simple y llanamente como un ente generador y cuidador de la progenie a la cual se deben y, como cerecita del pastel, al cuidado y servicio de su pareja: el hombre, varón, macho, masculino. ¡Me doy!

Sin embargo ello no basta para reconocer el gran adelanto que ha habido y que sigue habiendo en este renglón, cuenta habida que ya han cambiado de fondo y forma las actividades vitales de la mujer, la cual ya abandonó hace siglos el status de la cueva, para insertarse actualmente en el mercado laboral merced a la necesidad de subsistir y alimentar a la progenie en su condición de madres solteras y jefas de familias en donde la figura paterna no existe, demostrando su capacidad para desempeñar infinidad de actividades tradicionalmente privativas de los varones y que ellas logran muchas veces con creces.

Otro evento que merece nuestra atención a propósito de celebrarse es que el próximo día 18 de los corrientes se conmemora un trascendental evento en donde se puso de manifiesto el grado de relevancia de nuestro concepto de soberanía, como un elemento substante del concepto de Estado.

Todos los textos escolares y las efemérides patrias consignan el hecho de la expropiación petrolera que hizo el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas a las compañías petroleras en manos de ingleses y básicamente de estadounidenses quienes no quisieron acatar una resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que las obligaba a acatar la ley en un asunto de carácter laboral. Sin embargo también hubo voces disidentes como la de José Vasconcelos acerca del caso (fue un detractor del régimen político porque adujo que le robaron la presidencia cuando fue candidato a ella), en un libro llamado La Flama donde afirma que fue en Nueva York en donde una comisión del gobierno mexicano hizo todos los arreglos con las compañías extranjeras y se ultimaron detalles sobre las formas de garantizar el pago de una expropiación que debería llevarse al cabo próximamente, o sea que fue convenida previamente, pero que curiosamente no se dejó sentir, después de esta publicación, una reacción del régimen para rebatirla. Lo lamentable es la forma en que el presente gobierno de la república, sin respeto al art. 27 constitucional está concediendo contratos privados a compañías y, además, extranjeras, para exploración, extracción y anexas, de nuestros hidrocarburos. Cuánta rapacidad y entreguismo. O usted, celebrante lector, ¿qué opina?