Del mérito...

Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz


Anteayer fue 15 de Mayo, el cual se tiene considerado en el calendario como el Día del Maestro, día que antaño se celebraba tanto por los alumnos como por los padres de familia, en total colaboración motu proprio, con el cuerpo administrativo de la escuela en cuestión.

Ello en función de que se entendía la labor docente como una labor de apostolado, toda vez que los maestros, los profesores, se entregaban de una manera plena al ejercicio de la docencia, a la entrega total por llevar adelante el binomio enseñanza- aprendizaje.

Son múltiples los casos de maestros que dedicaron toda su vida a la enseñanza, de quienes hicieron infinidad de sacrificios para que sus queridos alumnos, ávidos de conocimientos, tuvieran la información necesaria para no solo terminar y aprobar el ciclo escolar correspondiente, sino que tuvieran las herramientas menester para manejarse en la vida ya que entre mas información y conocimientos se tengan, mas se acierta en la toma de decisiones personales.

Hoy por hoy la imagen que muestran los docentes en toda la república es de falta de capacitación, de una actividad sindical muy activa, que si bien es cierto es legítima, no por ello redunda siempre en beneficio de los agremiados y sí beneficiando a los líderes de dichas agrupaciones; la lucha por reivindicaciones laborales implican las marchas, los plantones, el daño a derechos de terceros, el conculcar derechos fundamentales del hombre como el de libre tránsito, el cual conlleva a infringir múltiples molestias a la colectividad; la pérdida criminal de horas de clases produciendo un ausentismo a la impartición de las mismas, logrando que el ciclo escolar no se termine como es nuestro caso actualmente; la negativa a la evaluación de la preparación docente de los profesores, así como una serie de privilegios que porque tradicionalmente se les han otorgado, pretenden seguir aumentándolos, aun en detrimento de la eficiencia y eficacia en el proceso educativo.

Por fortuna aún existen maestros, profesores, docentes que sí entienden a plenitud el sentido de su actividad en la enseñanza; educadores cuya prioridad es enseñar a sus alumnos; catedráticos que entienden, comprenden, explican y justifican, a plenitud, la labor que escogieron libremente y que les ha absorbido no solo su tiempo, sino la vida misma. Y es a dichos profesores a quienes les deseo felicidades por llevar al cabo tan meritoria actividad, sin perjuicio de que deben sentirse apoyados por el grueso de la sociedad la cual sí capta el esfuerzo titánico que los verdaderos maestros realizan para el logro óptimo de la educación y enseñanza de sus hijos.

Y a propósito, además de haberle dedicado un buen tiempo a la enseñanza, me parece meritorio o sea digno de mérito, es decir, la acción por la que alguien se merece algo, el que se le haga un muy merecido reconocimiento al maestro Don Luis de la Hidalga Henríquez por parte del gobierno del Estado Libre y Soberano de Quintana Roo, por haber elaborado, nada mas y nada menos que la Constitución Política de dicha entidad federativa, ello acaecido en el año de 1974, durante el gobierno de Luis Echeverría, y siendo gobernador de la entidad David Gustavo Gutiérrez Ruiz .

Es el caso que ahora el Congreso de dicho estado, en un auténtico rasgo de conciencia por tan noble logro, le ha impuesto el nombre de nuestro distinguido maestro y amigo a la biblioteca de dicho Congreso, logrando con ello un acto de agradecimiento y su concomitante reconocimiento a tan ilustre personaje.

De esta suerte, no solo la docencia, sino la labor que en la academia, y en el ejercicio de la profesión desempeña nuestro compañero de la página editorial, el maestro Don Luis de la Hidalga, lo han hecho merecedor de tan valiosa distinción.

Enhorabuena. Felicidades y extensivo a todos los verdaderos maestros en su día. Es lo menos que podemos desear. O usted, agradecido educando, ¿qué opina?