De las vacaciones...

Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz


Las vacaciones significan, en términos generales, una suspensión temporal del trabajo o del estudio por razones de descanso.

Ello implica, necesariamente, una relación con diversas actividades en donde guarda un papel importantísimo el ocio, el tiempo libre, que conlleva a la práctica de acciones múltiples según sea la proclividad de cada individuo y las circunstancias que lo rodeen, sin perjuicio, también de no realizar actividad alguna ya sea física, social, cultural, política, o de cualquier otra índole, o sea il dolce far niente, como dicen en Italia.

Las vacaciones son una conquista laboral que ha venido sosteniéndose desde hace muchos años, habida cuenta de que durante la época de la Revolución Industrial la jornada de trabajo abarcaba catorce horas o mas, cuando se pagaban salarios exiguos y las condiciones de trabajo eran verdaderamente inhumanas, cuando a las mujeres les pagaban menos, por ese hecho, a pesar de que realizaban el mismo trabajo, amén de que a los menores también les pagaban menos por el mismo trabajo.

Era la época del liberalismo en virtud del cual si los seres humanos eran iguales como lo propaló la Revolución Francesa, entonces el estado no debería inmiscuirse en toda relación humana y acuñó la frase de “ dejar hacer, dejar pasar” y él solo intervendría para poner orden cuando fuera necesario, partiendo de la idea de que el individuo era mas importante que el grupo social, lo que, a su vez, propició la explotación de los trabajadores y el nacimiento de las tesis socialistas las cuales le dieron mas importancia al grupo que al propio individuo y México adoptó una tesis ecléctica que le permite manejar ambas ópticas.

De esta suerte y como el trabajo era considerado una mercancía, estaba regulado por el derecho civil, pero al venir nuestra Revolución, se creó el llamado derecho social plasmado en los artículos 27 y 123 Constitucionales, y en el último de éstos, se consagraron los derechos de los trabajadores en donde se habla de las vacaciones y los días de descanso lo cual es trascendental para que el trabajador, de cualquier índole, incluso el profesionista o cualquier otro, requiere de un descanso prolongado cuando menos de dos semanas para el efecto de recuperar energías y estímulos para rendir mejor en sus actividades laborales, sean de la índole que sean.

Adminiculando lo anterior con el turismo, es obvio que esta actividad deviene en un complemento idóneo e ideal para disfrutar y hacer placentero el tiempo libre, el ocio, el descanso del que hablamos.

Es obvio, también, que siempre se busca el mejor lugar para pasar las vacaciones y también nuestro país ofrece una variedad de lugares en donde es un placer pasarlas y para los que escogen la playa para ello, el mas bello lugar del mundo lo es la bahía de Acapulco, con su puerto y su ciudad, con sus bellezas naturales y su clima de privilegio, sin perjuicio de sus riquezas culturales, gastronómicas y ese encanto que tanta fama le ha dado a nivel mundial.

El día de ayer comenzó el verano. Disfrutamos del día mas largo del año. Las vacaciones están en ciernes y debemos prepararnos para recibir a nuestros visitantes, pero para ello tenemos la obligación insoslayable de limpiar la casa para ofrecerles lo mejor que tenemos; estoy hablando de ofrecer un lugar limpio, sin basura por doquier, con las playas limpias y botes de basura para que los visitantes y locales la depositen en ellos; ofrecerles un lugar seguro, libre de violencia, con personal de seguridad pública atento, honesto y eficiente, sin la monserga de los vendedores ambulantes, ni taxistas y prestadores de servicios turísticos abusivos y deshonestos, con una población dispuesta a servir y a otorgar lo mejor de su tradicional hospitalidad.

Las vacaciones son para disfrutarlas. Hagamos lo propio. Todos lo merecemos. O usted, vacacionista lector, ¿qué opina?