Le ha costado a nuestro país, durante muchos años, cientos de vidas que se inmolaron para darnos una forma de gobierno, basado en el respeto irrestricto a la ley y a los derechos fundamentales, así como el crear instituciones que nos permitan desarrollar, a plenitud, nuestras facultades que como humanos tenemos para la consecución de nuestros fines, individuales y colectivos.
Dentro de ello se encuentra el elegir libremente a las personas a quienes vamos a dar el mandato para que se encarguen de manejar la cosa pública.
Sin embargo, hasta el momento, no hemos avanzado lo suficiente y a pesar de estar inmersos en el ámbito de la cultura occidental, nuestra democracia todavía está incipiente, en cuanto a que no hemos desarrollado del todo la idea de que la democracia no solo es una forma de acceder al y ejercer el poder sino debe entenderse como toda una forma de vida que no se agota en lo electoral, sino debe ser mas participativa, de manera responsable, en la toma de decisiones que afectan a toda la sociedad.
Es el caso que ahora, que estamos en plena actividad electoral, en la cual los partidos políticos y sus respectivos candidatos hacen lo indecible y prometen todo lo imposible, pues no dicen cómo lograrlo, los medios nos informan de una serie de irregularidades que se cometen por parte de los partidos políticos, sus candidatos y sus seguidores de tal suerte que se comprometen y se ponen en evidencia frente a la ciudadanía que es a quien hay que respetar, así como el imperio de la ley.
De esta guisa se han creado tipos penales que sancionan con pecunia y con penas privativas de la libertad la comisión de estas conductas y así el Art. 11 del Código Penal de Guerrero define al delito como la conducta típica, antijurídica y culpable (Reformado P.O. 20 de Abril de 1999 ) lo cual se aplica a lo electoral y así este código se refiere expresamente a los delitos electorales en sus artículos del 290 al 299 Bis y el Código Penal Federal hace lo propio en sus artículos del 401 al 413.
No hay que olvidar que las próximas elecciones, el próximo domingo, son concurrentes, cuenta habida de que se van a elegir dentro del ámbito federal al presidente de la república, diputados y senadores y dentro del ámbito local a diputados, presidentes municipales, así como síndicos y regidores y ante ello hay que cuidar que el proceso y la jornada electorales se lleven al cabo en paz, con responsabilidad y con un respeto irrestricto a la ley.
De ahí que surge la pregunta ¿quiénes pueden cometer delitos electorales? Pues cualquier ciudadano, igual que servidores públicos, ministros de cultos religiosos, funcionarios partidistas, candidatos, funcionarios electorales y observadores electorales.
¿Y quién persigue los delitos electorales? La FEPADE (acrónimo de Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales) la cual depende de la P.G.J del estado y también existe la FEPADE federal, la cual depende de la P.G.R y en estos comicios ambas pueden recibir denuncias por la comisión de delitos electorales, así como todos los agentes del Ministerio Público, habida cuenta de que existen convenios al respecto, amén de que hay concurrencia de ámbitos. No hay que olvidar que también están habilitados los jueces de Paz, los de Primera Instancia, así como los Notarios Públicos, todos ellos en su carácter de fedatarios públicos para recibir las denuncias para luego enviarlas a la autoridad competente y en los lugares en donde no hay estos fedatarios, se actúa ante el comisario Municipal.
Al respecto no hay que olvidar que los delitos electorales se persiguen de oficio, no se persiguen oficiosamente, lo cual implica que para su inicio se requiere de una denuncia la cual debe existir al margen de que el delito haya sido exhibido gráficamente en los medios.
La consigna debe ser la denuncia. El respeto irrestricto a la ley. Es nuestro deber jurídico y moral. Solo de esta manera estaremos en el camino correcto para hablar de democracia. O usted, responsable lector, ¿qué opina?
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