De la democracia...

Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz


Hace más de cien años que el presidente Díaz, en entrevista con un periodista estadounidense declaró que el pueblo de México ya estaba listo para la democracia.

Ya ha pasado mucha agua debajo de los puentes y han transcurrido muchas lunas y al parecer todavía tenemos detalles que de una manera u otra reflejan que al día de hoy todavía no hemos consolidado tal concepto, ni en nuestra legislación, ni en nuestra vida institucional y tampoco en nuestra cultura política, aunada a lo electoral de la que forma parte.

Acabamos de tener una jornada electoral, después de un proceso que ha mostrado muchos aspectos de nuestra incipiente democracia, pero que todavía no culmina, cuenta habida de que faltan los resultados oficiales de las autoridades del ramo, así como las constancias de mayoría otorgadas por las mismas, sin perjuicio de que hasta el próximo mes de Septiembre, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación deberá tener resueltas todas las inconformidades que legítimamente hayan presentado los partidos políticos por supuestas o reales irregularidades que se sucedieron en la anterior contienda, acorde con los dispositivos conducentes de la ley de la materia.

Es obvio que después de haber computado el total de los votos en todos los distritos electorales por medio del PREP, las tendencias de la votación dan un indicio más que evidente sobre los ganadores de esta lista.

Sin embargo, surgen las inconformidades, las protestas, las denuncias de las irregularidades que se dieron tanto en el proceso como en la jornada electorales.

Sí es cierto que las elecciones se ganan con votos. Eso es indiscutible, el quid está en que hay quienes aducen que esos votos fueron obtenidos por medio de su compra, o de condicionamientos o controles específicos que dejan en entredicho las características del mismo que son el que sea libre, secreto, universal, personal, sin perjuicio de la inequidad en las campañas, el favoritismo de las medios, así como el derroche impresionante de gastos de campaña que sobrepasa, con creces, dicen, el presupuesto asignado a cada partido para tal efecto y, además, acusan de gastos paralelos con ingresos no declarados a las autoridades del ramo y así van a hacer pleno ejercicio de sus derechos para acusar las irregularidades que dicen haber observado durante el proceso y la jornada correspondientes.

Se ha repetido, ad nauseam, que México tiene unas leyes excelentes, muchas de las cuales están a la vanguardia en relación con varios países, pero también el que nadie, empezando por las autoridades, las cumplen. Así se dan casos de “ gobernantes” quienes padeciendo de diarrea legislativa, quieren pasar a la historia promulgando leyes que después ni ellos mismos cumplen y la ciudadanía cae en un nivel de inconformidad que, lamentablemente, deviene en incredulidad y los mas grave es que ello se convierte en una total y absoluta desconfianza y es esta desconfianza la que produce que las elecciones mas caras del mundo se den en México; que los candados y similares se den ad nauseam en nuestros cuerpos de leyes; que los procesos electorales sean cada vez mas complicados y que a pesar de todo, la gente, en un afán legítimo de consolidar nuestra democracia, concurre a las urnas a depositar su voto a favor ya no de su partido, sino ahora lo hacen diferenciado y a favor de su candidato.

Entonces estamos hablando de que ya hay más conciencia o seguimos en las mismas de las compras de votos y en la modernidad, en el avasallamiento de la población por los medios y su descarada mercadotecnia, para apabullar al televidente o radio escucha o al cibernauta, en su caso.

Entonces mientras subsistan esta irregularidades que no son minúsculas, ¿Estamos listos y preparados para la democracia o es solo un mito? Creemos que caminando la carreta se acomodan las calabazas. O usted, democrático lector, ¿qué opina?