De las vacaciones...

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Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz


La sola mención del término “vacaciones” conlleva una especial emoción en aquellas personas que tienen un trabajo o realizan sus estudios en cualquier nivel académico, cuenta habida de que por ello entendemos la suspensión temporal del trabajo o estudio por descanso.

Pero para poder llegar a ello, el ser humano, cuando menos en Occidente tuvo que pasar por etapas muy extremas que evidenciaron las luchas que tuvieron que librarse para conseguir tan necesaria recompensa al esfuerzo realizado.

En efecto, esto nos hace remontar al liberalismo clásico producto de la Revolución Francesa en virtud del cual se exalta y privilegia la condición de igualdad de los seres humanos, lo cual motivó la no intervención del estado en los asuntos de relaciones entre particulares y solo intervenía cuando existía un resorte de su competencia.

Obviamente esto condujo, por ejemplo, a partir de la Revolución Industrial, a la explotación inmisericorde de aquellos que alquilaban su fuerza de trabajo al servicio de un empleador, el cual les pagaba un salario por demás miserable haciéndoles trabajar a cambio de ello, jornadas inhumanas de hasta 14, 16 o 18 horas diarias, sin ningún día de descanso y mucho menos pagado, con el agravante de que a las mujeres, por el mismo trabajo y horario se les pagaba menos y lo propio a los menores de edad.

Después vinieron las revoluciones sociales, los cambios de estructuras, en varios países, lamentablemente por la vía violenta pero se lograron conquistas de gran envergadura como los llamados derechos sociales consagrados, por ejemplo en nuestra Carta Magna, en los artículos 27 y 123.

De esta guisa en la Ley Federal del Trabajo (LFT), reglamentaria del art. 123 Constitucional, se consignan las características que tienen las vacaciones, lo cual nos da una visión del adelanto implicado, a saber:

En su art. 76, la LFT dice que los trabajadores que tengan mas de un año de servicios tienen la posibilidad y la obligación de disfrutar de un período anual de vacaciones pagadas; y este período vacacional nunca podrá ser inferior a 6 días laborables , amén de que la totalidad de días correspondientes en vacaciones se computan basándose en la antigüedad del trabajador y en lo dispuesto por el art. 81 de la LFT, las vacaciones se deben conceder dentro de los 6 meses siguientes al cumplimiento del año de servicios; su pago debe hacerse el día inmediato anterior en que empiece a disfrutarlas el trabajador; así, por el primer año de trabajo se tiene derecho a 6 días de vacaciones; durante los siguientes años aumentarán 2 días c/ año hasta llegar a 12 días de vacaciones; además , por c/ 5 años adicionales laborados con el mismo empleador, el trabajador tiene derecho a 2 días mas de vacaciones, que explicado con manzanas sería: 1er.año: 6 días; 2do.año: 8 días; 3er. año: 10 días; 4to.año: 12 días; de 5 a 9 años: 14 días; de 10 a 14 años: 16 días; de 15 a 19 años: 18 días; de 20 a 24 años: 20 días; y de 25 a 29 años: 22 días, lo cual incluye un plus que se denomina prima vacacional con un incremento del 25 % del sueldo que se recibe durante las vacaciones, sin perjuicio del pago que se recibe de los días no laborables instituidos por ley, a saber: 1 de Enero, 5 de Febrero, 21 de Marzo, 1 de Mayo, 16 de Septiembre, 20 de Noviembre y 24 de diciembre .

También existen las vacaciones escolares lo que implica hacer que la familia pueda disfrutar de sus días de asueto para convivir y con ello reforzar los lazos familiares, así como el tejido social, tan necesario en nuestros días, implicando el deseo de viajar, de conocer lugares, de disfrutar en la playa, en la montaña, en otras ciudades, llenándonos de una riqueza excepcional de vivencias, en sitios de interés cultural, en gastronomía local y en el trato de personas diferentes en usos y costumbres, derivando en un mecanismo que se llama turismo.

Por ende, los centros de atracción turística deben estar preparados para prestar los servicios menester, públicos y privados, tener la casa limpia, ordenada, sin abusos, con cortesía, con calidez y con una certidumbre de seguridad para que los vacacionistas puedan disfrutar, a plenitud, sus tan anheladas vacaciones. Es lo menos que se debe ofrecer. O usted, vacacionista lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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