Por el Mtro. Fernando Reyes Baños
Hace muchas primaveras ya, cuando estudiaba el primer año de preparatoria, observé un hecho (insignificante en verdad) que, por asociación con algunas cosas que veo actualmente en la Red, regresa a mi memoria de vez en vez: un compañero de banca que a mitad de la clase empeñado dibujaba, con todo detalle, el logotipo de una discoteca de moda en los años ochenta.
Ahora como entonces, sin saber qué fue de dicho compañero (cosa que, por otra parte no me quita el sueño y que, siendo optimista, espero se haya convertido en un brillante diseñador gráfico o en un destacado mercadólogo), pienso que ante un hecho semejante cabría suponer dos cosas: o que hay formas muy sencillas de darnos cuenta desde pequeños de cuál es nuestra vocación en la vida o formas verdaderamente estúpidas de perder el tiempo.
Hace muchas primaveras ya, cuando estudiaba el primer año de preparatoria, observé un hecho (insignificante en verdad) que, por asociación con algunas cosas que veo actualmente en la Red, regresa a mi memoria de vez en vez: un compañero de banca que a mitad de la clase empeñado dibujaba, con todo detalle, el logotipo de una discoteca de moda en los años ochenta.
Ahora como entonces, sin saber qué fue de dicho compañero (cosa que, por otra parte no me quita el sueño y que, siendo optimista, espero se haya convertido en un brillante diseñador gráfico o en un destacado mercadólogo), pienso que ante un hecho semejante cabría suponer dos cosas: o que hay formas muy sencillas de darnos cuenta desde pequeños de cuál es nuestra vocación en la vida o formas verdaderamente estúpidas de perder el tiempo.
Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.
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