De la alternativa...

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Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz


Recordemos, solamente, que alternativa es algo que se dice, hace o sucede, alternándose y alternar significa hacer cosas diversas por turnos y sucesivamente, pero la significación que utilizaremos para esta entrega es la que nos dice de alternativa que se trata de una opción entre dos cosas, sin perjuicio de ser la más usual.

Ante esto, cuando los seres humanos nos enfrentamos a situaciones que requieren de nuestra decisión actuamos de diferentes maneras, todas ellas de acuerdo a la personalidad, formación, capacitación, educación y estructura emocional y física de quien se trate y las posibles soluciones dependen, también, del grado de dificultad o peligrosidad del estímulo que se debe vencer o superar.

Así, cuando alguien se ve en situaciones extremas busca siempre la solución y acomete con ello y cuando de plano no tiene alternativa alguna, salvo la de “echarse a correr” es entonces que se ponen pies en polvorosa.

Lo anterior viene a colación porque pensando en la ciudadanía de Acapulco ( no voy a insistir como justificación que también en toda la República se padece) resulta evidente que se encuentra atrapada en un círculo vicioso de violencia, de miedo, de pavor, de inseguridad, producida por los robos de autos con violencia, secuestros (express o no), asesinatos verdaderamente demenciales, salvajes, con degüellos, torturas previas, desmembramiento de las víctimas, extorsiones, trata de personas, pornografía infantil, así como otra serie de lindezas por el estilo, amén de las rencillas entre bandas rivales por el aseguramiento de la plaza.

Es obvio que ante esto, la autoridad, la responsable de dar cabida y ejecución al imperio de la ley, la encargada de hacer que se respete el derecho y, por ende, que se salven y protejan los derechos de los gobernados, debe de cumplir, a cabalidad, su función y su responsabilidad adquirida a partir de su protesta de guardar y hacer guardar la Constitución federal y las leyes que de ella emanen. Todos tenemos imbuidas las ideas del respeto a la ley, de la responsabilidad ciudadana, de la solidaridad social, pero ante el embate de tanta violencia, tal parece que estos principios se diluyen y difuminan lentamente en el paisaje.

Estamos de acuerdo en que hay que reforzar la cultura de la denuncia, pero ello es dable en un lugar donde las autoridades no estén coludidas con los malhechores, ya que de hacer efectiva una denuncia, como debe de ser, resulta que la ciudadanía se encuentra con que la autoridad ante quien se denuncian los hechos resultan cómplices de los que delinquen y entonces el ciudadano recibe las consecuencias de su acción del mas puro valor civil.

La gente teme represalias pues así lo han demostrado las acciones delictivas, de lo contrario no se explicaría que las fuerzas del orden anden con pasamontañas y mimetizándose en el paisaje.

Pero resulta que se dan casos en que esas mismas fuerzas del orden son acusadas por la propia ciudadanía por abusar de su posición, de extorsionar a grupos de trabajadores, como es al caso de la protesta que desquició al puerto el día de antier.

Ante esta posición en que la gente ya no tiene para donde correr, acosada por la delincuencia y por algunos agentes del orden (quienes deberían de protegerlos), ¿cuál sería el siguiente paso? ¿ Hay alternativa?

En nuestra opinión compete al orden gubernamental, de los tres niveles, proporcionar esa seguridad y certidumbre, así como un clima de paz que propicie el desarrollo pleno de nuestra colectividad y ante su eficiencia y eficacia la ciudadanía no solo aplaudiría, sino cooperaría de inmediato para dicha consecución. A contrario sensu la alternativa es la renuncia. O usted, afligido lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.



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