De la incultura...

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Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz


Nadie esta obligado a saberlo todo. Existen grados en la adquisición y en el manejo de la información y del conocimiento. Muy profundas fueron las palabras multicitadas del sabio Sócrates cuando afirmó: “yo solo sé que no sé nada”, refiriéndose a la vastedad del conocimiento humano y la imposibilidad fáctica de saberlo todo y menos aún en nuestro tiempo cuando el adelanto impresionante de la tecnología en materia de comunicación, verdaderamente nos apabulla con su facilidad, rapidez, y volumen de la información.

Nos han repetido, ad nauseam, la bondad de la inserción de nuestro país al fenómeno de la globalización, partiendo de la idea de que quien no esté integrado al carro del neoliberalismo impuesto por los EUA en el mundo, tanto por su poderío económico como por su poderío bélico, y que nuestros gobiernos entreguistas no han podido sustraerse a esta presión, no podrá avanzar, sin que con esto se pretenda decir que viviríamos mejor aislados de la inter relación con otras naciones.

La invasión estadounidense en todos los renglones posibles es obvia, evidente, inconcusa, vamos, apodíctica y sus propagandistas y difusores mejores son los medios de comunicación masiva como la prensa escrita, la radio y la televisión y ahora fundamentalmente la red interna de comunicación desde los ordenadores vía las redes sociales.

De esta suerte, hemos dicho “n” número de veces cómo los medios de comunicación masiva, especialmente la televisión comercial de México, o sea el “bipolio” televisivo han invadido al televidente mexicano con las series policiacas, así como las ramplonas comedias o insulsas historias, donde en cada caso se ven violencia, falta de respeto a la autoridad, insolencia, soberbia y anarquía, sin faltar el pastelazo, lo grotesco en las comedias y lo cursi y ramplón de las historias.

Aunado a lo anterior, resulta verdaderamente preocupante el léxico y la terminología usados por los personajes de tales bodrios y lo peor de todo es que las traducciones de todos esos vocablos coloquiales y del caló estadounidense ha devenido ya en su uso cotidiano de nuestro jóvenes incluyendo a los universitarios, v.gr.: “eres una perra”, “te voy a patear el trasero”, “jódete” y lindezas por el estilo.

Me queda claro que la interrelación de seres humanos en el planeta implique el intercambio de usos, costumbres, en general e incluso el lenguaje, así como los giros característicos del mismo en cada país y de esta suerte se admiten los neologismos pero solo bajo la condición de que no exista una palabra en el idioma del país que abarque el concepto de que se trata y así entendemos que hay neologismos que son anglicismos, galicismos, italianismos, etc.

Y todo lo anterior deviene en defensa no precisamente de la pureza sino de la precisión y claridad en la expresión de nuestra lengua. Sin jingoísmos. Sin nacionalismos trasnochados. Sin copias irracionales e inútiles.

Se trata simplemente de mantener el uso adecuado de nuestro idioma e insisto, sin negar la necesidad de los neologismos resulta de trascendental importancia el no usarlos cuando en nuestro idioma existan las palabras adecuadas, correctas y acertadas, v.gr.: “ticket”, voucher”, “poster”, etc., que tienen connotación en español como boleto, pagaré y cartel y que resulta de ignorancia supina el utilizar dichos anglicismos.

Y si bien es criticable este hecho en una conversación cotidiana nuestra, resulta verdaderamente imperdonable que el lenguaje oficial, que el lenguaje utilizado en el sistema gubernamental del país en los tres órdenes de gobierno, se utilicen sin ningún rubor, v.gr.: el tan llevado y traído “bullying” en lugar de acoso, abuso y amedrentamiento en contra de alguien, especialmente en las escuelas y el “outsourcing” con motivo del tema de la subcontratación en la tan publicitada reforma laboral en discusión en las Cámaras del Congreso. Solo por poner dos botones de muestra.

Habrá que decirles a nuestros “próceres” que aprendan a hablar español, que en su caso hay escuelas nocturnas, pero que no utilicen neologismos cuando en nuestro rico idioma existen las palabras adecuadas para ello. La medida es urgente. O usted, crítico lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.



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