De la quimera...

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Por el Mtro. Rodrigo Juárez Ortiz


Recordemos que la quimera, en sentido figurado, es una creación imaginaria tomada como realidad y creemos que bien podría adjudicarse a nuestra realidad actual.

Nadie en su sano juicio podrá negar el gran esfuerzo que en los tres niveles de gobierno se está dando para lograr un relanzamiento del puerto de Acapulco, del binomio Ixtapa Zihuatanejo, así como el de Taxco, como integrantes del llamado Triángulo del Sol.

Sin perjuicio de lo anterior, en donde se han enfocado las baterías es en este bello puerto como consecuencia lógica de la belleza inigualable de la bahía de Acapulco y por su menguada afluencia de parte de turistas y visitantes de todas partes del mundo.

En efecto, como bien lo dice Roger Bergeret desde el Observatorio Turístico UAGro en donde observan, registran y analizan “ para poder construir estrategias que permitan seguir ayudando a aportar soluciones para los guerrerenses”, el modelo turístico que se ha usado y abusado de él para Acapulco, ya está agotado y ahora es obvio el enfrentamiento entre la tesis capitalista versus teóricos de la economía crítica o social.

Al respecto se ha dicho, últimamente, que se quiere reposicionar al puerto como el centro de atracción turística por excelencia; que se quiere recuperar el glamour de antaño; que se requiere ser visitado por las grandes luminarias del espectáculo, por las figuras de prominentes políticos, por los poderosos hombres de negocios de talla universal, en fin, por el turismo de gran capacidad económica y que todos ellos convivan en un ambiente sano, bullanguero, tropical, en donde se puedan conjugar todas las facultades del sensorio humano así como su concomitante enriquecimiento espiritual ante la contemplación y disfrute de la generosidad de la naturaleza volcada en su bahía, en su puerto, en su clima y en la calidez de su gente.

Nosotros somos de la opinión, al respecto, que encontrar el camino parea el resarcimiento de ese pasado glorioso del puerto equivale a una quimera, si es que no se dan una serie de requisitos previos para su logro.

En efecto, los tiempos y sus circunstancias son diferentes.

Actualmente la población en Acapulco rebasa el millón y medio de habitantes . La gran mayoría es producto de la migración de las zonas rurales de nuestro estado en donde la miseria y la marginación los empujaron a emigrar a nuestro puerto por la fama y el esplendor que irradiaba; por la oferta de terrenos en donde fincar, producto de la invasión de los mismos, del despojo inducido y conducido por sedicentes “luchadores sociales” fundadores del gran negocio del “ paracaidismo” quienes en complicidad con los servidores públicos del momento, los utilizaron como clientelismo político.

Esa gran masa es la que actualmente ocupa los cinturones de miseria del puerto y carentes de la preparación para la prestación de servicios turísticos y sin arraigo en la localidad (a pesar de los ya nacidos aquí, por conservar los usos y costumbres de sus localidades de origen), actualmente se dedican a ser vendedores ambulantes de productos que se confeccionan en diferentes partes de la república, ni siquiera de productores locales, incluyendo algunos dulces de coco. Me doy. Y en el peor de los casos, forman parte de la delincuencia rampante, organizada o no que está asolando al lugar.

En la especie, se están trayendo espectáculos masivos, llamativos, flor de un día; se invita a actores o actrices conocidos, pero aisladamente y no vienen las delegaciones de los países productores de las películas, como se daban en la Reseña Cinematográfica de Acapulco, por decir algo. La gran mayoría de nuestros actuales turistas son centros mexicanos de escasos o modestos alcances económicos, con su consabida magra derrama.

Causa impacto, pues, enterarse que nuestros “próceres” turísticos echan las campanas al vuelo anunciando que el puerto está al 90 por ciento de ocupación ( el día 24) con 20 mil turistas, cuando en otro destino del Pacífico anunciaron la llegada de cuatrocientos mil visitantes y no digamos Cancún que avisó de 17 millones. La diferencia es brutal, ergo, es urgente, mas que eventos de relumbrón, se requiere fortalecer al medio rural guerrerense, en lo productivo, en lo educativo, lo alimentario, en la auto productividad, en fin en todas las áreas del desarrollo, así como la mejor distribución del ingreso, para evitar la migración lejos de su lugar de origen y la saturación en este, todavía, generoso puerto. Urge. O usted, visionario lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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