De la negociación...

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Por Rodrigo Juárez Ortiz


Este título nos lleva a la acción de negociar, término que a su vez consigna el gestionar asuntos públicos o privados y en la especie es una actividad que últimamente ha tenido un auge insospechado, habida cuenta de que ya nos encontramos con una sociedad política contestataria y no tan mediatizada como antes, merced a la participación de las diferentes corrientes ideológicas que inciden en nuestra actividad política.

¿Esto qué significa? Que hay que privilegiar el diálogo, pero con alguien susceptible de razonar y no con alguien que actúa con consignas prefabricadas, atemorizantes y radicales.

Al partido en el poder se le achaca el haber atacado cualquier manifestación de inconformidad social, a través del uso de la fuerza pública y aderezada con el andamiaje jurídico ( hecho a modo) en las áreas de la procuración y administración de justicia. Se opina que se trató de criminalizar a la protesta social. Ahora por temor de ser calificados con el mismo criterio, están procurando resolver los problemas vía la negociación, lo cual es aceptable.

Sin embargo, el precio que hay que pagar por lograr acuerdos con las partes beligerantes, ha tenido un costo excesivo tanto en pecunia como en certidumbre jurídica y política, es decir, que se han “resuelto” problemas ingentes con soluciones de facto cuando la solución real, auténtica y obligada es la aplicación de la ley, en donde debe prevalecer el imperio del Derecho. No hacerlo así implica la desorientación hacia la ciudadanía, la incertidumbre, así como la ausencia del principio de autoridad que debe tener el órgano competente del estado, toda vez que la ley le da las facultades menester para atender la cosa pública. Y para ello no es necesario golpear o matar, solo disuadir, disolver, pues qué certidumbre tendrán los verdaderos docentes que enseñan en las escuelas y facultades de Derecho a sus estudiantes a cumplir con el mandato de la ley.

En la especie, hemos tenido que padecer el acoso y la agresión de los sedicentes “educadores” de un organismo llamado Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG) quienes en términos generales protestan en contra de la llamada Reforma Educativa, emanada de una reforma constitucional, la cual todavía no está en vigor y sin embargo ya se pronunciaron en contra de ella.

Legítimas o no las protestas de los inconformes ya se les explicó, ad nauseam, que no es atentatoria.

Con este pretexto han tomado instalaciones del Palacio de gobierno del estado, de la Cámara de Diputados, y por si esto no fuera grave, han invadido la vía pública en calles , avenidas y peor aún, en carreteras de competencia federal con las siniestras consecuencias que todos conocemos y padecimos, y gravísimo, durante nueve horas impidieron el tráfico en la Autopista del Sol haciendo pasar un verdadero vía- crucis a los usuarios de esta vía de comunicación, básicamente turistas y nunca se supo del auxilio y apoyo (obligación estadual) para ellos. Entonces ¿de qué se trata? Han presionado al gobierno de tal suerte que han conculcado atrozmente los derechos de tercero, consagrados en el capítulo de derechos humanos y garantías individuales de nuestra Constitución. Han destruido propiedad privada e impedido el libre tránsito de personas en negocios abiertos al público; y ensoberbecidos y envalentonados porque el gobierno de los tres niveles les han concedido todo lo que les han pedido, ahora de manera insólita, absurda y pedestre, le dan al Congreso un plazo de 72 horas para que apruebe las reformas educativas propuestas por el titular del Ejecutivo estatal a dicho Congreso local. ¡Habrase visto¡ ¡Me doy!

La autoridad municipal ha declarado que fue difícil la negociación pero se privilegió al turismo y que” nadie debe estar por encima de la ley” (¿ y la impunidad para los delitos cometidos?); la estatal que no se iba a negociar (¿y los descuentos a los revoltosos faltistas que sí se les cubrieron? y las otras autoridades unas se han ido por la parte de no aplicar el poder coactivo del estado y otras por darle satisfacción total a las que han ignorado el concepto del Derecho. Eso no es negociar, es claudicar al imperio de la Ley. O usted, vulnerable lector, ¿qué opina?

Foto: Lic. Irving López Ramírez



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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