Del Bicentenario...

Por Rodrigo Juárez Ortiz


El próximo 13 de Septiembre estaremos celebrando los doscientos años de la instalación del Primer Congreso de Anáhuac, también llamado Congreso de Chilpancingo, convocado por José María Morelos y Pavón, siendo así el primer congreso independiente que substituyó a la junta de Zitácuaro, declarando la independencia de la América Septentrional del trono español.

No olvidemos, como lo hemos repetido ad nauseam, que la historia de México no es otra que la historia de sus Constituciones y de esta guisa todas las asonadas, motines, rebeliones, incluso revoluciones han estado sustentadas por un pliego de normas con carácter de constitucionalidad que han pretendido darle estructura jurídico. política a la nación mexicana, de tal suerte que siguiendo ese hilo conductor nos encontramos con el origen y la esencia de la vida institucional democrática en nuestro país.

De esta suerte en el evento que se comenta, Morelos dio lectura a un documento al que llamó Sentimientos de la Nación, en el cual destaca la relevancia de los Derechos Humanos y de la Libertad. Es así que este documento se conoce como el primer antecedente de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, toda vez que si bien es cierto los constitucionalista mexicanos no aceptan como la primera Constitución de México la de Apatzingán de 1814, heredera de los trabajos legislativos del Primer Congreso de Anáhuac, no por ello es menos cierto que este documento sí estuvo vigente y sí se atendieron casos jurídicos al amparo del mismo, pero la objeción ha sido en el sentido de que no tuvo vigencia en toda la república si no solamente en las áreas dominadas por los insurgentes. De ahí que fue de transcendental importancia para la vida institucional y democrática, del nuevo país en desarrollo, establecer, con el imperio de la ley, principios que el Congreso hizo válidos y que comprende, entre otros, la abolición de la esclavitud, el establecimiento de los derechos del pueblo, sin distinción de clases ni castas y también ordenó el reparto de los latifundios (fincas que tuvieran más de dos leguas), y votó, lo mas importante, la Declaración de Independencia, convirtiéndose en la primera asamblea política mexicana libre de la opresión española.

Así, los insurgentes se vieron en la necesidad de organizar una autoridad que dirigiera las operaciones de la mayoría y, al mismo tiempo, constituyera un gobierno; por eso los principales jefes celebraron un Congreso, que fue el de Chilpancingo, y de esta suerte el generalísimo José María Morelos y Pavón, visionario sublime y realizador inquebrantable, en septiembre da vida al Primer Congreso de Anáhuac, cuyo objetivo es votar el representante que, como miembro del Supremo Congreso Nacional, integre el cuerpo deliberante de la nación.

Con ello sinópticamente evidenciamos el interés popular que sabemos buscaba una patria independiente y justa por conducto del más digno representante, me refiero a don José María Morelos y Pavón, a quien se designó como encargado del Poder Ejecutivo y como Generalísimo de las Armas del Reino y la Autoridad del Supremo Poder Ejecutivo, a cuyo titulo renunció diciendo que el solo era el Siervo de la Nación.

Es por ello que existe una gran expectativa por los trabajos a desarrollar por parte de la Comisión Especial de la Conmemoración del Bicentenario del Congreso de Anáhuac y de los Sentimientos de la Nación, del Congreso federal y de la Comisión para el Bicentenario del Primer Congreso de Anáhuac, del Congreso local.

Con ello se justifica, a plenitud, la pretensión popular de crear una estatua monumental al ínclito Morelos en el cerro del Veladero, en Pueblo Nuevo, como parte integrante de la Ruta de la Independencia con su gran potencial turístico. ¡Ur-ge!.O usted, convencido lector, ¿qué opina?