Del Derecho...

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Por Rodrigo Juárez Ortiz


A fuer de ser recurrente, no olvidemos que naturalmente el ser humano es una criatura territorial y posesiva y esto nos lo evidencian los mamíferos superiores cundo marcan su territorio ya sea vía la micción o cualquier otra forma de señalarlo, de tener prioridad sobre él, de tal suerte que ejercen un poder de facto sobre el mismo para señalar que “esto” es “mío”. El bípedo implume también obedece a esta proclividad congénita y así marca su territorio, sus “propiedades” que incluyen no solo cuestiones de objetos, sino también de personas.

Ante esto se han dado y se siguen dando situaciones de hecho en virtud de las cuales el mas fuerte, el mas poderoso es el que se impone ante el resto de los demás cometiendo toda serie de tropelías, de abusos, de imposiciones, como también se da el caso de que por selección natural, para hacer de la progenie de una especie un producto de mejores especímenes, es al macho mas fuerte al que le toca la exclusividad del apareamiento con todas las hembras de la manada, después de vencer en combate a los jóvenes ejemplares que pretenden lo mismo, para asegurar su supervivencia.

Ante esto y para evitar los abusos y los excesos que el ser humano ha hecho de la imposición del “mas fuerte” y considerando que todos los hombres nacemos igual, a pesar de las diferencias de forma con nos distinguen, el propio ser humano creó varias formas de controlar estos abusos, y al efecto nacieron normas de conducta que tuvieron la sana intención de crear armonía en las relaciones interpersonales e intergrupales; nacen así las normas religiosas, las normas del trato social, la normas morales, las éticas, pero ninguna nos da certidumbre toda vez que su cumplimiento siempre ha sido optativo, el que quiere las cumple y el que no quiere no está obligado y no pasa nada, lo que las convierte en normas totalmente subjetivas, creando la evidente incertidumbre al respecto. Es entonces cuando se crea al Derecho como un instrumento objetivo, como un mecanismo que regula la conducta del ser humano, como una creación de la cultura no de natura y se entiende como el orden coactivo de la conducta.

De esta guisa se creó toda una normatividad vinculatoria para todos los seres humanos en lo individual y para todas las naciones en sus relaciones de todo tipo y al ser obligatorias sus disposiciones nadie está exento de su cumplimiento, de ahí el concepto de la coercibilidad.

En este orden de ideas, debe entenderse que todos estamos obligados a respetar la norma jurídica, lo que da pie al principio de que todos los seres humanos somos iguales ante la ley y, por ende, todos estamos obligados a respetarla y cumplirla so pena de recibir una consecuencia jurídica o sanción la cual puede ser un premio o un castigo, dicho en términos coloquiales.

Una vez mas, sin embargo, los hechos nos dan la evidencia de que hay personas, grupos e incluso naciones que se pasan por la entrepierna el dictado de la ley y actúan de facto, cometiendo todo tipo de tropelías y abusos y (aquí está lo grave) no se les aplica la ley, v. gr. : los vándalos de la CETEG, que no han recibido la sanción a sus actos violentos y las autoridades aducen que debe resolverse todo mediante el diálogo, pero eso debe ser antes de los delitos y no llegar a acuerdos en la mesa de las negociaciones donde se discuta la aplicación de la ley, o el caso de infinidad de solicitantes de servicios públicos municipales que interrumpen el tráfico de las vías con su cauda de perjuicios de todo tipo a la ciudadanía que mantiene permanentemente de rehén; o el caso de los abusos y crímenes de los EUA. en sus guerras por el petróleo, (ahora será por el agua) o la intimidación a los países como en el caso de negar el espacio aéreo al presidente Evo Morales por el asunto del ex colaborador de su organismo de seguridad nacional y otros varios.

En suma: Debemos entender, comprender, explicar y justificar, que la ley no se negocia, simplemente se aplica, que el derecho no se resuelve en las mesas de negociación después de cometidas sus violaciones, de lo contrario el hacer leyes que no se cumplan es chuparse el dedo. O usted, legalista lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.



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