De las ilusiones...

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Por Rodrigo Juárez Ortiz


Hasta donde sabemos, la ilusión es un engaño, atento a su etimología, es decir, es la imagen de un objeto que aparece en la conciencia distinto a como es en realidad; equivale a la alegría que produce la esperanza o la realización de un deseo, como los sueños, los buenos propósitos, el cambiar para bien la realidad que nos circunda, mejorar como personas y como pueblo, lograr la paz y la prosperidad menester para el logro de nuestros fines lícitos, valiosos, enriquecedores, axiológicamente hablando.

La historia del género humano está plagada de ilusiones, de sueños que los mas audaces o los mas intrépidos, los mas fuertes espiritual y volitivamente, los mas sabios, los mas constantes, los mas generosos y los mas humildes han tratado de realizar, de convertirlas en lo cotidiano, en lo normal, en lo que haga justificable la existencia a través de la solidaridad hacia nuestros semejantes.

Así, sabemos que millones y millones de congéneres han dado todo lo que poseen, incluso su propia vida para alcanzar sus ilusiones mas preciadas, como la libertad y la justicia, entre otras.

De esta guisa encontramos muy ad hoc un hecho importante en la vida de nuestro país en tanto que un día como hoy, 28 de Noviembre pero de 1911, el llamado Rayo del Sur, Emiliano Zapata Salazar, figura principalísima en la Revolución Mexicana, proclamó el Plan de Ayala como un instrumento jurídico - político y ello como una reacción al incumplimiento de Madero, al Plan de San Luis, y de sus promesas para la reivindicación de las tierras que pertenecían a los campesinos de su región, en el estado de Morelos, que aducía, y con razón, que les habían sido arrebatadas por los caciques, hacendados y terratenientes, desde tiempo inmemorial, por lo que debían ser devueltas a sus auténticos dueños, basado en el principio de que “la tierra es para quien la trabaja”.

Dato poco conocido es que el Plan de Ayala se inspiró en el llamado Plan Político Social, que en XV puntos fue proclamado por los estados de Guerrero, Michoacán, Tlaxcala, Campeche, Puebla y el D.F. firmado en la Sierra de Guerrero el 18 de Marzo de 1911, en las cercanías de Taxco, el cual reivindicaba para los proletarios el derecho a la tierra, educación y salario justo, entre otros.

Muchos jefes revolucionarios se adhirieron al Plan de Ayala . Después del asesinato de Madero y Pino Suárez, en 1913, fue reformado dos veces, en 1914 y en 1919, pero nunca abandonó su carácter agrarista enarbolando su muy famoso lema de “ Tierra, Justicia y Libertad”.

Estas ilusiones de reivindicaciones agrarias, estas luchas que se dieron en los campos de batalla, en los foros políticos, en las Cámaras legislativas, en el ideario de la gente cuando por fin se estaba frente a una recuperación para los campesinos, con el propósito de asegurar su subsistencia con el producto del agro y la de toda la población para logar nuestra suficiencia alimentaria, todo ello se ha ido por la borda a través de “gobiernos” pseudo revolucionarios que no han dado muestra mas que de una execrable corrupción, una ineficacia e ineficiencia en la administración de los recursos favoreciendo, una vez mas, a las clases privilegiadas de siempre, en detrimento de la gran masa de nuestra población, díganlo si no los millones, sí los millones de pobres y peor aún de seres en extrema pobreza que tenemos, mayoritariamente campesinos, toda vez que el campo ha sido abandonado y, en especial, se evidenció en esta recién pasada “docena trágica” caracterizada por su corrupción en grado superlativo, súper regular, en manos de la extrema derecha de este país. Y por si fuera poco, estamos en un gravísimo riesgo de que los actuales “próceres” permitan y autoricen el sembrado y proliferación del muy dañino maíz transgénico de Monsanto (no se los permitieron en Europa) y otras compañías transnacionales y al parecer las autoridades de la SAGARPA ya se están enfilando a dicha execrable y ruinosa autorización con toda la cauda siniestra que conlleva y, en especial, a nuestra dependencia alimentaria (que ya empezó a manifestarse con la importación de un porcentaje altísimo de granos básicos, como el maíz). El maíz transgénico es un peligro mortal para nuestra salud y la supervivencia de nuestros maíces criollos. No permitamos que se destruya el espíritu del Plan de Ayala y de otros, en aras de nuestro futuro alimentario. Pero siempre debemos de ser congruentes y luchar denodadamente para realizar nuestras ilusiones. O usted, idealista lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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