Por Rodrigo Juárez Ortiz
Un día como hoy, 19 de Junio pero de 1867, en el cerro de Las Campanas, (llamado así porque las piedras del mismo, chocadas una contra otra suenan como si fueran campanas), en Querétaro, y también conocido por el cerro de Las Tres Emes, fueron fusilados, después de que un tribunal militar los condenó a la pena capital, Maximiliano de Habsburgo y los generales conservadores, traidores a la Patria, Miguel Miramón y Tomás Mejía.
Todos recordarán que después de la Guerra de Independencia, la nueva nación tenía que definir su destino y darse la forma de Estado que mas se ajustara a sus necesidades. Al respecto, tampoco olvidamos que las ideas de los enciclopedistas franceses y su antecesores ingleses influyeron en las ideas de soberanía popular, república, democracia y por sobre todas las cosas el alcanzar, a plenitud, el concepto de libertad, habida cuenta de los trescientos largos e ignominiosos años de dominación española, después de una conquista realizada a sangre y fuego en donde se hermanaron, la espada y la cruz, para hacer de estas tierras americanas, solo un proveedor de materias primas para la metrópoli, con base en la explotación inicua y degradante de las etnias naturales del país vía la esclavitud.
Y en esta búsqueda por encontrar su sino, jurídico y político, social y económico, el país se vio envuelto en una lucha fratricida entre aquellos quienes querían que subsistiera ese estado de cosas, es decir, aquellos que detentaban el poder político, económico y espiritual del país, manteniendo sus privilegios, como lo eran el alto clero, los militares y los grandes hacendados y capitalistas de entonces, y por el otro, personas que querían que las bondades del país fueran para todos, que básicamente existiera la democracia como forma de gobierno, a través de una república ( pues la forma imperial ya había fracasado con Iturbide) y se ejerciera la soberanía radicada en el pueblo
De esta suerte, para derrocar al absolutismo de Santa Anna, en 1854 se lanza el Plan de Ayutla que, triunfante, sienta los pródromos de la Constitución federalista de 1857, así como Las Leyes de Reforma . las cuales imponen una serie de limitantes a la desmesurada ambición del clero, el cual poseía una fortuna incalculable, pero que no movía ni un ápice para generar riqueza a la nación, ya que esa gran fortuna, sobre todo en bienes raíces, estaba en “manos muertas”, solo acumuladas por avaricia.
La reacción del clero no se hizo esperar y azuzando a militares ambiciosos, y con el aval, también, de los ricos terratenientes de entonces, iniciaron una guerra civil, que duró por tres años, cuya duración le dio su nombre y siendo legal y legítimamente presidente de la República, el ínclito héroe y estadista ejemplar el Sr. Licenciado Don Benito Juárez García, rodeado de los grandes héroes de la Reforma, en donde se hizo la separación tajante entre la Iglesia y el Estado, respetando siempre la inclinación religiosa de todos y declarándose un estado laico el nuestro ( que en la actualidad, lamentablemente, ya solo parece ser de nombre, pues la intromisión de la clerecía en asuntos políticos y sin respeto a las normas que deben regular esta relación, es muy notoria), y que ganaron los liberales, lo que motivó a quienes se vieron reducidas sus ambiciones mezquinas, a traer a un príncipe extranjero, quien de buena fé y creyendo a los traidores mexicanos que le fueron a ofrecer el trono de México, teniendo un gobierno republicano, se aventuró a venir, pero les resultó ser mas liberal que estos conservadores, solo que la guerra que se causó, en defensa de nuestra soberanía, conculcada por Francia, y con la gesta heróica de las 3 batallas de Puebla, entre otras, se logró restaurar la República, quedando solo en un vano intento el sueño de los conservadores de tener un príncipe extranjero, quien murió fusilado, (conforme a la ley), como corolario de su infausta aventura.
Nunca más una lucha fratricida en México. Tengamos como divisa el respeto a la ley, instrumento el cual nos dará la tolerancia y el respeto a las ideas de los demás, ya que el único imperio es el del Derecho. O usted, tolerante lector, ¿qué opina?
Un día como hoy, 19 de Junio pero de 1867, en el cerro de Las Campanas, (llamado así porque las piedras del mismo, chocadas una contra otra suenan como si fueran campanas), en Querétaro, y también conocido por el cerro de Las Tres Emes, fueron fusilados, después de que un tribunal militar los condenó a la pena capital, Maximiliano de Habsburgo y los generales conservadores, traidores a la Patria, Miguel Miramón y Tomás Mejía.
Todos recordarán que después de la Guerra de Independencia, la nueva nación tenía que definir su destino y darse la forma de Estado que mas se ajustara a sus necesidades. Al respecto, tampoco olvidamos que las ideas de los enciclopedistas franceses y su antecesores ingleses influyeron en las ideas de soberanía popular, república, democracia y por sobre todas las cosas el alcanzar, a plenitud, el concepto de libertad, habida cuenta de los trescientos largos e ignominiosos años de dominación española, después de una conquista realizada a sangre y fuego en donde se hermanaron, la espada y la cruz, para hacer de estas tierras americanas, solo un proveedor de materias primas para la metrópoli, con base en la explotación inicua y degradante de las etnias naturales del país vía la esclavitud.
Y en esta búsqueda por encontrar su sino, jurídico y político, social y económico, el país se vio envuelto en una lucha fratricida entre aquellos quienes querían que subsistiera ese estado de cosas, es decir, aquellos que detentaban el poder político, económico y espiritual del país, manteniendo sus privilegios, como lo eran el alto clero, los militares y los grandes hacendados y capitalistas de entonces, y por el otro, personas que querían que las bondades del país fueran para todos, que básicamente existiera la democracia como forma de gobierno, a través de una república ( pues la forma imperial ya había fracasado con Iturbide) y se ejerciera la soberanía radicada en el pueblo
De esta suerte, para derrocar al absolutismo de Santa Anna, en 1854 se lanza el Plan de Ayutla que, triunfante, sienta los pródromos de la Constitución federalista de 1857, así como Las Leyes de Reforma . las cuales imponen una serie de limitantes a la desmesurada ambición del clero, el cual poseía una fortuna incalculable, pero que no movía ni un ápice para generar riqueza a la nación, ya que esa gran fortuna, sobre todo en bienes raíces, estaba en “manos muertas”, solo acumuladas por avaricia.
La reacción del clero no se hizo esperar y azuzando a militares ambiciosos, y con el aval, también, de los ricos terratenientes de entonces, iniciaron una guerra civil, que duró por tres años, cuya duración le dio su nombre y siendo legal y legítimamente presidente de la República, el ínclito héroe y estadista ejemplar el Sr. Licenciado Don Benito Juárez García, rodeado de los grandes héroes de la Reforma, en donde se hizo la separación tajante entre la Iglesia y el Estado, respetando siempre la inclinación religiosa de todos y declarándose un estado laico el nuestro ( que en la actualidad, lamentablemente, ya solo parece ser de nombre, pues la intromisión de la clerecía en asuntos políticos y sin respeto a las normas que deben regular esta relación, es muy notoria), y que ganaron los liberales, lo que motivó a quienes se vieron reducidas sus ambiciones mezquinas, a traer a un príncipe extranjero, quien de buena fé y creyendo a los traidores mexicanos que le fueron a ofrecer el trono de México, teniendo un gobierno republicano, se aventuró a venir, pero les resultó ser mas liberal que estos conservadores, solo que la guerra que se causó, en defensa de nuestra soberanía, conculcada por Francia, y con la gesta heróica de las 3 batallas de Puebla, entre otras, se logró restaurar la República, quedando solo en un vano intento el sueño de los conservadores de tener un príncipe extranjero, quien murió fusilado, (conforme a la ley), como corolario de su infausta aventura.
Nunca más una lucha fratricida en México. Tengamos como divisa el respeto a la ley, instrumento el cual nos dará la tolerancia y el respeto a las ideas de los demás, ya que el único imperio es el del Derecho. O usted, tolerante lector, ¿qué opina?
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