Por Rodrigo Juárez Ortiz


Gaïa, la Tierra, nuestro planeta (el único que tenemos, para habitar, por el momento ), está hecho de tal manera que tiene todos los elementos para que el ser humano pueda compartirlo con billones y billones de seres vivos que van desde los llamados microscópicos hasta los mamíferos superiores los cuales incluyen al ser humano.

De esta guisa, al tener una inmensa variedad de especies vivas en el reino animal, en el reino vegetal y si atendemos a los estudios del creador de Biósfera II, John Allen, en un reino extraordinariamente inmenso que pertenece solo a los hongos, nuestro planeta está de tal forma equilibrado, junto con las fuerzas y elementos que lo rodean desde el espacio, que la supervivencia se antoja perenne, asegurada, sin embargo, es triste, gravísimo y lamentable decirlo, pero los bípedos implumes hemos influido y lo seguimos haciendo, en el deterioro de este equilibrio, a través del uso indiscriminado de los recursos naturales y el abuso execrable de los mismos, de tal suerte que ya nos encontramos en serios y muy graves problemas para conservar el equilibrio ecológico, los cuales se están manifestando cotidianamente en la degradación (diríamos sistemática) de nuestro entorno, que de no ser atendidos de manera inmediata, un pronóstico optimista sería poco o nada creíble.

Lo anterior no se encuadra en una postura neurótica ni compulsiva, tampoco nada que se asocie a la paranoia, simplemente es una llamada de atención a los actos nocivos que el ser humano está realizando en contra de nuetro entorno natural, para que cese de realizarlos y trate de vivir de una manera mas equilibrada en donde no se dañe el medio ambiente, en aras de un llamado progreso.

Las consecuencias nefastas ya las estamos padeciendo, entre las cuales están el cambio brutal de los fenómenos meteorológicos ( tormentas tropicales, huracanes, granizadas en verano), desquiciamiento total de la antigua precisión de las estaciones del año, el aumento del nivel del mar, que se atribuye al calentamiento global.

Y precisamente sobre este fenómeno creado por el efecto invernadero que produce el uso brutal de combustibles fósiles y la planta industrial, así como el uso indiscriminado de vehículos automotores, aunado a la tala criminal de árboles, y la contaminación de cuencas acuíferas, de las descargas de químicos al mar, provenientes de los cauces fluviales, también contaminados, así como los millones de toneladas de los residuos sólidos ( basura) que se arrojan a las calles y a todas partes, indiscriminadamente por gente ignara y primitiva,entre otras agresiones a nuestro entorno.

Y es precisamente que hoy, 5 de Junio ( día instituido por la O.N.U. desde 1972), se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente 2014, celebración en que el organismo internacional estimula la conciencia sobre el medio ambiente y exhorta la atención y la acción política.

Este año se centrará acorde a su nombramiento de “Año Internacional de los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo”, en Barbados, país caribeño, en relación con el cambio climático y el eslogan tiene como tema “Alza tu voz, no el nivel del mar”.

Si prestamos atención a los fenómenos naturales que nos están sucediendo en todas partes del mundo, no podemos evitar, visto con la mayor objetividad posible, el grave deterioro que estamos padeciendo en nuestra calidad de vida, tanto en nuestro entorno como en la salud individual, habida cuenta de que fuimos hechos de tal manera que los elementos de nuestra subsistencia, son totalmente naturales y que nuestro cuerpo tiene todo el equipamiento para auto regularse, curarse, nutrirse, desarrollarse e, incluso, renovarse. Pero los cambios que le hemos perpetrado a nuestro organismo con una alimentación saturada de químicos que nuestro organismo no está hecho para procesarlos, nos está provocando serias enfermedades que las medicinas de los laboratorios que solo tienen el interés pecuniario, no nos curan, solo nos mantienen “vivos” hasta el límite de la resistencia corporal.

Cuidemos nuestro ambiente. Nuestros descendientes nos lo agradecerán o reclamarán, en su caso. O usted, ecologista lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.



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