Por Rodrigo Juárez Ortiz
De alguna manera y para sus efectos, siempre hemos escuchado la palabra solidaridad aplicada a una actitud de apoyo, de empatía hacia terceros, término que fue famoso al inicio de los años 80, a nivel mundial por ser el nombre de una unión de sindicatos polacos dirigidos por Lech Walesa, sin perjuicio de que ésta, la solidaridad, finalmente no es mas que una actitud de adhesión circunstancial a la causa o empresa de otros.
De esta guisa ello implica ser solidarios cuando de una acción que se pretende realizar en beneficio de varios se trata de llevarla al cabo y se pretende que sea en beneficio común.
Ejemplos de actos solidarios son muchos en la historia de la humanidad, desde actos verdaderamente heroicos, hasta sencillas muestras de apoyo para solventar una causa común.
En niveles mas cercanos y en tratándose de acciones que de alguna manera afectan a la mayoría de nuestra población, vemos que personas que actúan movidos mas por el egoísmo en aras de la riqueza material que por la prestación de servicios a la comunidad, abusan de la necesidad colectiva y de esa manera, unilateralmente, se exceden al aumentar a capricho, el costo de los bienes y servicios que prestan en detrimento de los bolsillos de los usuarios o adquirentes, en su caso, que en su mayoría, en nuestros lares, son gente pobre y si se trata de ser mas realista, miserable.
Lo anterior viene a colación porque los medios nos dan cuenta de que hay un aumento considerable, abusivo y unilateralmente aplicado en el precio del kilogramo de las tortillas, sí de las tortillas de maíz que son el mayor ingrediente alimentario de nuestro pueblo, aumento que vino del norte del país y que ha venido bajando al centro y al sur del mismo con las consabidas agresiones a la economía popular.
De esta suerte y considerando el realmente ridículo aumento al salario mínimo, no se explica cómo nuestra gente pueda sobrevivir, ya no vivir, si estamos a la puerta de una espiral inflacionaria, ( nos dicen los expertos no oficiales ) motivada por la baja en el precio del petróleo, la drástica pérdida del valor adquisitivo de nuestra moneda frente a la divisa estadounidense y otras linduras de tipo económico a nivel mundial, lo que repercute en nuestra economía porque lo triste es que estamos importando el maíz que ya nuestro campo no está produciendoy eso sin saber si es del dañino maíz transgénico.
Resulta que en algunos lugares se ha estado vendiendo a 20 pesos el kilo y lo triste es que la gente, en la mayoría de los casos, los está pagando. Los tortilleros aducen que ello obedece a que están pagando la tonelada de entre 4 y 5 mil pesos, sin embargo la CNC, nos dice que la tonelada está a 148 dólares y en el país se vende entre 2800 y 3 mil pesos ésta.
Es el caso que si las autoridades no toman cartas en el asunto, esto no va a tener límites, como en el caso de Guadalajara en que sí intervinieron varias dependencias y han logrado contener estos abusos.
Sin embargo no se trata de un caso aislado, pues los transportistas, en nuestros lares aumentan el precio del pasaje a su convenienciay si alguien se opone no le dan el servicio y con ello los amedrentan, dándose el caso de amenazar con impedir la circulación de autobuses que darán el servicio para el Acabús si no les dan un servicio, con sus cacharros ambulantes, lo mismo en el precio de los productos básicos que tanto en el mercado como en las tiendas de autoservicio y supermercados cotidianamente suben los precios y la gente solamente puja pero los paga.
El asunto es que mientras la gente no se solidarice y se opongan a recibir bienes y servicios con precios arbitrariamente elevados, se seguirá abusando de todos.
En otros países la gente protesta y no consume los productos, lo que obliga a los comerciantes a bajar sus precios o situaciones en que se debe recordar que en los años 50, en los EUA, los negros eran mas discriminados igual que los mexicanos y no les permitían usar los asientos delanteros de los autobuses públicos, tenían que ir en la parte de atrás. O no permitirles el ingreso a universidades de blancos. Pero en un acto verdaderamente solidario, decidieron boicotear a los autobuses y prefirieron ir a pie a sus respectivos destinos y no subirse a los autobuses lo que obligó a los dueños a ceder y así poder sentarse en cualquier parte del autobús. Acto de solidaridad que deberíamos imitar aquí. Es una de las formas. O usted, inconforme lector, ¿qué opina?
De alguna manera y para sus efectos, siempre hemos escuchado la palabra solidaridad aplicada a una actitud de apoyo, de empatía hacia terceros, término que fue famoso al inicio de los años 80, a nivel mundial por ser el nombre de una unión de sindicatos polacos dirigidos por Lech Walesa, sin perjuicio de que ésta, la solidaridad, finalmente no es mas que una actitud de adhesión circunstancial a la causa o empresa de otros.
De esta guisa ello implica ser solidarios cuando de una acción que se pretende realizar en beneficio de varios se trata de llevarla al cabo y se pretende que sea en beneficio común.
Ejemplos de actos solidarios son muchos en la historia de la humanidad, desde actos verdaderamente heroicos, hasta sencillas muestras de apoyo para solventar una causa común.
En niveles mas cercanos y en tratándose de acciones que de alguna manera afectan a la mayoría de nuestra población, vemos que personas que actúan movidos mas por el egoísmo en aras de la riqueza material que por la prestación de servicios a la comunidad, abusan de la necesidad colectiva y de esa manera, unilateralmente, se exceden al aumentar a capricho, el costo de los bienes y servicios que prestan en detrimento de los bolsillos de los usuarios o adquirentes, en su caso, que en su mayoría, en nuestros lares, son gente pobre y si se trata de ser mas realista, miserable.
Lo anterior viene a colación porque los medios nos dan cuenta de que hay un aumento considerable, abusivo y unilateralmente aplicado en el precio del kilogramo de las tortillas, sí de las tortillas de maíz que son el mayor ingrediente alimentario de nuestro pueblo, aumento que vino del norte del país y que ha venido bajando al centro y al sur del mismo con las consabidas agresiones a la economía popular.
De esta suerte y considerando el realmente ridículo aumento al salario mínimo, no se explica cómo nuestra gente pueda sobrevivir, ya no vivir, si estamos a la puerta de una espiral inflacionaria, ( nos dicen los expertos no oficiales ) motivada por la baja en el precio del petróleo, la drástica pérdida del valor adquisitivo de nuestra moneda frente a la divisa estadounidense y otras linduras de tipo económico a nivel mundial, lo que repercute en nuestra economía porque lo triste es que estamos importando el maíz que ya nuestro campo no está produciendoy eso sin saber si es del dañino maíz transgénico.
Resulta que en algunos lugares se ha estado vendiendo a 20 pesos el kilo y lo triste es que la gente, en la mayoría de los casos, los está pagando. Los tortilleros aducen que ello obedece a que están pagando la tonelada de entre 4 y 5 mil pesos, sin embargo la CNC, nos dice que la tonelada está a 148 dólares y en el país se vende entre 2800 y 3 mil pesos ésta.
Es el caso que si las autoridades no toman cartas en el asunto, esto no va a tener límites, como en el caso de Guadalajara en que sí intervinieron varias dependencias y han logrado contener estos abusos.
Sin embargo no se trata de un caso aislado, pues los transportistas, en nuestros lares aumentan el precio del pasaje a su convenienciay si alguien se opone no le dan el servicio y con ello los amedrentan, dándose el caso de amenazar con impedir la circulación de autobuses que darán el servicio para el Acabús si no les dan un servicio, con sus cacharros ambulantes, lo mismo en el precio de los productos básicos que tanto en el mercado como en las tiendas de autoservicio y supermercados cotidianamente suben los precios y la gente solamente puja pero los paga.
El asunto es que mientras la gente no se solidarice y se opongan a recibir bienes y servicios con precios arbitrariamente elevados, se seguirá abusando de todos.
En otros países la gente protesta y no consume los productos, lo que obliga a los comerciantes a bajar sus precios o situaciones en que se debe recordar que en los años 50, en los EUA, los negros eran mas discriminados igual que los mexicanos y no les permitían usar los asientos delanteros de los autobuses públicos, tenían que ir en la parte de atrás. O no permitirles el ingreso a universidades de blancos. Pero en un acto verdaderamente solidario, decidieron boicotear a los autobuses y prefirieron ir a pie a sus respectivos destinos y no subirse a los autobuses lo que obligó a los dueños a ceder y así poder sentarse en cualquier parte del autobús. Acto de solidaridad que deberíamos imitar aquí. Es una de las formas. O usted, inconforme lector, ¿qué opina?
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