Por Rodrigo Juárez Ortiz
O sea, la acción mediante la cual se pretende que alguien tome conciencia de algo, entendiendo por conciencia el conocimiento que el espíritu humano tiene de su propia existencia, de sus estados, de sus actos y de las cosas, nos dice el diccionario, yo simplemente lo entendería como tener la capacidad de darnos cuenta de las cosas que uno hace, es decir, de lo que piensa, siente y quiere.
Obviamente que el hacerlo, implica tener una formación integral como ser humano, en donde se provea uno de todas las herramientas que existen para lograr el objetivo de la formación, de la estructuración, de la educación, así como el desarrollo de nuestras capacidades todas, incluyendo la empatía y, sobre todo, la solidaridad social, básicamente en un país como el nuestro en donde las desigualdades que nos separan datan de tiempo inmemorial.
Es el caso que así como en el hogar, en el seno de la familia, se nos inculcan los principios morales ( o religiosos, en su caso), es en la escuela en donde se nos enseña la ciencia, la técnica, el arte, la cultura, (entendida ésta última como una creación humana, a diferencia de natura), siendo los encargados de ello los profesores, los maestros, los educadores, los docentes.
En la especie, si bien en nuestras universidades existen los grados académicos de licenciatura, maestría y doctorado, en términos generales e históricamente a quienes se dedican a la noble profesión de la enseñanza se les dice maestros, algo similar ocurre con los médicos quienes al obtener apenas su grado académico de médico, cirujano y partero ( nivel de licenciatura), se les dice doctor.
Desde luego que ser maestro, impartir cátedra, dar clases, implica estar revestido de una característica muy especial, de una conciencia plena de entrega total a la enseñanza, se trata de una labor que pudiéramos equiparar, en el deber ser, con la abogacía, la medicina o el sacerdocio, cuando éstos están desarrollados a plenitud y con conciencia plena de su labor social a la que se está comprometido, vamos, como una labor de apostolado, dadas las características de estas actividades.
La educación de un pueblo es fundamental para garantizar su desarrollo en forma total y es menester tener no solo un programa educativo, fijar metas y tiempos para lograrlo, sino contar con todos los elementos necesarios para ello, como son los recursos humanos, materiales y financieros manejados, obviamente, con honestidad, transparencia, eficacia y eficiencia, de lo contrario el fracaso sería un desenlace obvio y fatal.
Recién, el lunes retropróximo 15 de Mayo se conmemoró oficialmente el Día del Maestro el cual se celebró por primera vez en México un 15 de Mayo pero de 1918, por una iniciativa de Venustiano Carranza de 1917, en el día conmemorativo de la toma de Querétaroy ello para festejar la labor desarrollada por los maestros, reconociéndoles su entrega y valiosa participación en la formación de los educandos. Al respecto, también existe un Día Mundial del Maestro señalado por la UNESCO que es el 5 de Octubre el cual se celebra desde 1994.
De esta guisa queda claro que existe una cierta idea sobre la labor de un maestro, sin embargo, no se ha hecho una concienciación adecuada a pesar de que el gobierno federal ha creado una serie de leyes respecto a las que han llamado reformas estructurales y que incluye la reforma educativa, ésta, de acuerdo a las cifras que dan los organismos ad hoc, no revelan progresos notables que se reflejen en el adelanto educativo en nuestro país y si consideramos la oposición de la CNTE ante tales reformas, actuando en principio con una belicosidad inaceptable, ahora la asistencia a clases se ha visto muy deteriorada, sin perjuicio de la falta evidente de capacidad (de algunos), así como el resultado final que no evidencia un adelanto en la calidad de la enseñanza, agregando la falta de oportunidades para los egresados de cualquier nivel escolar, que ahora son absorbidos por la delincuencia organizada. Y esto se refleja palpablemente en el nivel académico que reflejan los ”estudiantes” que no es precisamente óptimo, salvo las excepciones de siempre.
De ahí que es menester hacer conciencia de lo relevante que resulta la actividad educativa de un pueblo si se quiere sacar lo mejor de él, y el nuestro es un pueblo creativo, emprendedor, de lucha, con inteligencia y sensibilidad que requiere tanto de un sistema educativo actualizado y que vaya al fondo del asunto y de maestros preparados y capacitados para tan noble labor. Ergo, para ellos, los verdaderos maestros, mi reconocimiento pleno. Se lo merecen. O usted, consciente lector, ¿Qué opina?
O sea, la acción mediante la cual se pretende que alguien tome conciencia de algo, entendiendo por conciencia el conocimiento que el espíritu humano tiene de su propia existencia, de sus estados, de sus actos y de las cosas, nos dice el diccionario, yo simplemente lo entendería como tener la capacidad de darnos cuenta de las cosas que uno hace, es decir, de lo que piensa, siente y quiere.
Obviamente que el hacerlo, implica tener una formación integral como ser humano, en donde se provea uno de todas las herramientas que existen para lograr el objetivo de la formación, de la estructuración, de la educación, así como el desarrollo de nuestras capacidades todas, incluyendo la empatía y, sobre todo, la solidaridad social, básicamente en un país como el nuestro en donde las desigualdades que nos separan datan de tiempo inmemorial.
Es el caso que así como en el hogar, en el seno de la familia, se nos inculcan los principios morales ( o religiosos, en su caso), es en la escuela en donde se nos enseña la ciencia, la técnica, el arte, la cultura, (entendida ésta última como una creación humana, a diferencia de natura), siendo los encargados de ello los profesores, los maestros, los educadores, los docentes.
En la especie, si bien en nuestras universidades existen los grados académicos de licenciatura, maestría y doctorado, en términos generales e históricamente a quienes se dedican a la noble profesión de la enseñanza se les dice maestros, algo similar ocurre con los médicos quienes al obtener apenas su grado académico de médico, cirujano y partero ( nivel de licenciatura), se les dice doctor.
Desde luego que ser maestro, impartir cátedra, dar clases, implica estar revestido de una característica muy especial, de una conciencia plena de entrega total a la enseñanza, se trata de una labor que pudiéramos equiparar, en el deber ser, con la abogacía, la medicina o el sacerdocio, cuando éstos están desarrollados a plenitud y con conciencia plena de su labor social a la que se está comprometido, vamos, como una labor de apostolado, dadas las características de estas actividades.
La educación de un pueblo es fundamental para garantizar su desarrollo en forma total y es menester tener no solo un programa educativo, fijar metas y tiempos para lograrlo, sino contar con todos los elementos necesarios para ello, como son los recursos humanos, materiales y financieros manejados, obviamente, con honestidad, transparencia, eficacia y eficiencia, de lo contrario el fracaso sería un desenlace obvio y fatal.
Recién, el lunes retropróximo 15 de Mayo se conmemoró oficialmente el Día del Maestro el cual se celebró por primera vez en México un 15 de Mayo pero de 1918, por una iniciativa de Venustiano Carranza de 1917, en el día conmemorativo de la toma de Querétaroy ello para festejar la labor desarrollada por los maestros, reconociéndoles su entrega y valiosa participación en la formación de los educandos. Al respecto, también existe un Día Mundial del Maestro señalado por la UNESCO que es el 5 de Octubre el cual se celebra desde 1994.
De esta guisa queda claro que existe una cierta idea sobre la labor de un maestro, sin embargo, no se ha hecho una concienciación adecuada a pesar de que el gobierno federal ha creado una serie de leyes respecto a las que han llamado reformas estructurales y que incluye la reforma educativa, ésta, de acuerdo a las cifras que dan los organismos ad hoc, no revelan progresos notables que se reflejen en el adelanto educativo en nuestro país y si consideramos la oposición de la CNTE ante tales reformas, actuando en principio con una belicosidad inaceptable, ahora la asistencia a clases se ha visto muy deteriorada, sin perjuicio de la falta evidente de capacidad (de algunos), así como el resultado final que no evidencia un adelanto en la calidad de la enseñanza, agregando la falta de oportunidades para los egresados de cualquier nivel escolar, que ahora son absorbidos por la delincuencia organizada. Y esto se refleja palpablemente en el nivel académico que reflejan los ”estudiantes” que no es precisamente óptimo, salvo las excepciones de siempre.
De ahí que es menester hacer conciencia de lo relevante que resulta la actividad educativa de un pueblo si se quiere sacar lo mejor de él, y el nuestro es un pueblo creativo, emprendedor, de lucha, con inteligencia y sensibilidad que requiere tanto de un sistema educativo actualizado y que vaya al fondo del asunto y de maestros preparados y capacitados para tan noble labor. Ergo, para ellos, los verdaderos maestros, mi reconocimiento pleno. Se lo merecen. O usted, consciente lector, ¿Qué opina?
Periplos en red busca crear espacios intelectuales donde los universitarios y académicos expresen sus inquietudes en torno a diferentes temas, motivo por el cual, las opiniones e ideas que expresan los autores no reflejan necesariamente las de Periplos en red , porque son responsabilidad de quienes colaboran para el blog escribiendo sus artículos.
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