Por Roxana Cortés Molina

Justificación de una introducción a la filosofía

1. ¿Por qué una introducción a la filosofía? Volkmann-Schluck replantea esta cuestión puesto que parte desde ella para resolver cuál será el camino correcto para ingresar al filosofar. Existen dos perspectivas desde donde podemos calificar la introducción a un tema: la externa y la interna.

1.1 Perspectiva externa: el sujeto está situado en un punto foráneo a donde se pretende llegar. Se presupone que si se necesita una introducción a determinado tema, la razón es que existe desconocimiento de lo que se quiere estudiar. El sujeto, bajo esta perspectiva, está tratando de introducirse a la filosofía y debe reconocer de antemano el fin de su trayecto, es decir hacia donde se dirige y con ello fijar un fin en la ruta para no perderse en ella.

1.2 Perspectiva interna: el sujeto posee ciertos conocimientos filosóficos, ya sea a manera vulgar. Si se parte desde este punto, ahora la ubicación del sujeto está dentro del terreno de la filosofía. Lo relevante aquí es dar un salto para reconocerla a través de ella misma: “Una introducción a la filosofía no puede comenzar tampoco por un “desde fuera de”, ella también, y precisamente ella, se inicia con un salto sin transición” [1]. Es decir, el salto para comenzar a filosofar se da dentro del terreno que pertenece a este saber. Para reconocer este salto debemos también exponer las distintas vías que lo pueden posibilitar.


2. Vías de ingreso a la filosofía

2.1 Histórica: la primera vía es llamada histórica puesto que es la que contiene distintas opiniones de diversas doctrinas filosóficas que se enfrentan entre sí. En esta forma de ingreso la filosofía sólo se resumen en nombres, sistemas del pensar o sucesión de datos y cae en la invalidez de sí misma puesto que sólo se trata aquí de criticar y superar un pensamiento y suplirlo con otro. Luego entonces, habrá que descubrir un modo de penetrar en la filosofía y no dejarnos llevar por esta apariencia.

2.2 Sistemática: cabe aclarar, antes de exponer esta vía, que lo que buscamos responder es ¿Qué es en general la filosofía?, y no cada una de las partes que la conforman. Aquí se presenta el problema de que si se ve a la filosofía por partes, no habría lugar para desarrollarla. Si se sigue esta vía: “nuestra introducción consistirá en exponer todas y cada una de las diversas disciplinas, una detrás de otra (…) ¿Y después?” [2], como se observa esto conlleva al término de la filosofía puesto que si es estudiada de esta forma, dividida en sus ramas (Ética, Estética, Epistemología, Metafísica, Ontología etc.), sólo se nos ofrece una simple enumeración de disciplinas y contenidos que nos desviaran de lo que queremos descifrar, la unidad en la multiplicidad de la filosofía.

2.3 Pensante: la tercer vía es la que responde la cuestión: ¿Quién puede introducirnos a la filosofía sino ella misma? Se trata aquí de un constante interrogarse, este salto sin transición, relacionado con la perspectiva interna, trata de poner en práctica la actividad del filosofar. La naturaleza de la filosofía es lo dudoso, lo cuestionable hasta para ella misma. Este es el camino que se seguirá para un correcto ingreso puesto que ella se revelará ante nosotros, por supuesto, a la par que el sujeto ejerce la actividad filosófica constante.


3. Cinco determinaciones fundamentales de la Filosofía según la tradición.

Ahora pues, como la filosofía se ha convertido en algo cultural, esta no se salva de la tradición, bajo la cual se han establecido distintas determinaciones; desde lo griegos reconocemos las siguientes:

  • Filosofía es una búsqueda de los primeros principios y causas.
  • Filosofía es una ciencia del Ente en cuanto al ente.
  • Filosofía es contemplación intuitiva de la verdad.
  • Filosofía es tendencia hacia la muerte.
  • Filosofía es asimilación a lo divino.

Se observa cierta desigualdad entre ellas, sin embargo, la importancia radica en la liberación de la esencia de la filosofía ante la aparente facilidad que la envuelve y para ello tenemos que analizar el trasfondo de cada una.

3.1 La determinación primera es con la cual se inicia y brota la filosofía misma. Aristóteles se pregunta: ¿Qué es lo hace que el Ente sea ente? Se refiere a la distinción que él hace entre las ciencias particulares y la filosofía. “Esta caracterización es certera (…) pero ha de ser entendida a la luz de la pregunta fundamental y directriz de la filosofía” [3] Aristóteles identifica que las ciencias particulares no pretenden conocer las causas y fundamentos de las cosas, sino que estudian al ente en su multiplicidad, sólo se remontan del ente al ente. En cambio la filosofía trata de responder qué es lo que hace que el ente sea ente.

3.2 La doctrina del ser constituye el tema de la ontología, la cual se halla resumida en esta determinación: “El ente sólo puede ser captado por el hombre mediante un pensar que se atenga tan sólo a sí mismo y no al cuerpo y sus formas de conocimiento” [4] Aristóteles expone esta determinación en la Metafísica, capitulo I, libro IV, formula la pregunta: ¿Qué es el Ente en cuanto ente? Esta pregunta, ligada con la primera determinación, es fundamental puesto que ahora se trata de abrirse a lo que “es” en general, en su totalidad.

3.2.1 Physis y Alétheia: “Physis es el nombre para lo que brota y surge de sí mismo en un mostrarse a sí mismo propio siempre presente, al tiempo que permanece en este surgir, o sea, es” [5] Alétheia también es un término empleado indistintamente como physis y se refiere a la expresión relacionada con el punto de su pregunta acerca del Ente: el todo, la totalidad.

3.2.2 La filosofía entonces, halla su límite en la nada y abarca esta totalidad. Aristóteles termina distinguiendo:

3.2.2.1 La filosofía capta al ente en general, las ciencias delimitan su interés a un ámbito determinado del ente.

3.2.2.2 Las ciencias particulares se ocupan del ente pero no lo contemplan en su totalidad, pues su atención no se dirige al ser de este mismo.

3.2.2.3 La filosofía aspira a un saber de los primeros principios y fundamentos, saber significa haberlos reconocido.

3.3 La tercera determinación está ligada con la consecuente, puesto que aquí se explica la contemplación intuitiva de la verdad, siendo esta basada en el alma, en el ejercicio del morir:

3.4 Esta determinación es planteada por Platón en el Fedón: “Todos aquellos que se ocupan en debida forma con la filosofía parecen, en efecto, ocultos como están los demás hombres, no haber puesto sus miras en otra cosa sino sucumbir y estar muertos” [6] Ante este planteamiento la filosofía parece tornarse algo violento, siniestro y solo se presentara ante el que filosofa por si mismo. La filosofía, en esencia, intentara comprender aquello que es.

3.4.1 Phrónesis: Platón dice que la filosofía es una aspiración a la Phrónesis, “Phrónesis significa pensar en el sentido de reflexionar, recordar algo a través de la meditación, considerar algo reflexivamente” [7] Para esto el hombre tiene que plantearse dos planos:

3.4.2 Plano sensible: aquí lo meramente oído, lo meramente visto es lo que alejara al que desee filosofar de la filosofía misma, ya que los sentidos engañan, disfrazan al mundo, no muestran lo que la cosa es.

3.4.3 Phyché: del griego alma, se utilizaba para designar al hombre en cuanto viva en un conocimiento profundo del mundo, en cuanto se lance por sí con el puro pensamiento a la búsqueda del ente. Este es el modo correcto ya que no se enajena por los sentidos y trasciende al mundo sensible.


3.5 La determinación última proviene del dialogo Teetetes ante la pregunta: ¿De qué género esencial ha de ser aquello que pueda perecer? Se responde así:

3.5.1 Perecedero: la naturaleza de este tipo es la incompleta, implica la reunión de algo con otra cosa, es decir, lo incompleto.

3.5.2 Imperecedero: Es lo simple, lo que es consigo mismo. Lo que no necesita de otro para ser.
La asimilación a lo divino se tiene cuando se busca la unidad en la pluralidad, es decir, cuando se encuentra el carácter imperecedero del ente.


4. Conclusión

“La contemplación de la verdad es por una parte ardua y por otra fácil”, afirma Aristóteles. Como se observó en las cinco determinaciones, Volkmann-Schluck, denotó su relación aunque en un principio parecían hallarse alejadas entre sí, empero, el análisis muestra el nexo interno de cada una con la otra:

1.Sentidos (mundo sensible): mutable, perecedero, múltiple, reunión, disipación.
2.Alma (phyché): inmutable, imperecedero, uno, unidad.

Dejando como válida a una introducción que se adentre a la unidad, a la esencia, al ser del ente, lo que “es”.


Notas

[1] Volkmann-Schluck. Introducción al pensamiento filosófico. Editorial Gredos. Madrid, 1957. Pág. 17
[2] Ibid Pág. 15
[3] Ibid Pág. 38
[4] Ibid. Pág. 27
[5] Ibid Pág. 44
[6] Ibid Pág. 20
[7] Ibid Pág. 21

1 Comentario:

Anónimo dijo...

Es una basura. Mediocre y sin enfoque, no puede estar peor.



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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